Seat, frente a un 2024 clave: iniciará las obras para transformar Martorell y luchará por más eléctricos

La automovilística iniciará la electrificación de la fábrica catalana tras el verano y deberá adaptar la producción a los trabajos

La fábrica de Seat en Martorell. EFE

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Seat se enfrenta a un 2024 clave. El próximo ejercicio va a ser un año de muchos cambios en la fábrica de Martorell por el inicio de las obras para su electrificación, algo que va a poner patas arriba el día a día del centro. Todo esto mientras la empresa continúa negociando la llegada de más vehículos eléctricos que garanticen el empleo y el volumen de trabajo en la fábrica a partir de 2030.

A principios de mes, la dirección de Seat trasladó al comité de empresa las previsiones de producción para 2024. La firma automovilística espera fabricar 480.000 coches en Martorell a lo largo de 2024, un volumen que supera en un 9% la producción del presente ejercicio y la media histórica del centro, que se sitúa sobre los 400.000 vehículos.

Para alcanzar esa cifra, el fabricante español no solo deberá de enfrentarse a las turbulencias macroeconómicas o a posibles roturas de la cadena de suministro, comunes en el sector de la automoción, sino a su propio proceso de transformación. Seat espera iniciar las obras de adaptación del centro para empezar a trabajar con coches eléctrico después de las vacaciones de verano, concertadas entre dirección y sindicatos para el mes de agosto.

Los trabajos consistirán en la transformación total de la línea 1, la que ensambla el Seat Arona y el Seat Ibiza, con el objetivo instalar la plataforma que permitía trabajar los Small BEV, los eléctricos urbanos, del grupo Volkswagen. Concretamente, a partir de 2026, la factoría catalana iniciará la fabricación del Volkswagen I2all y del Cupra Raval.

Mientras duren los trabajos, el Arona y el Ibiza se ensamblarán junto al Audi A1, en la línea 3. Los tres modelos comparten plataforma de montaje, por lo que solamente habrá que trasladar unos 2.000 empledos de una cadena de montaje a la otra y ampliar hasta 3 los turnos de trabajo en la línea 3 para poder compaginar las obras con el día a día del centro.

300M para ensamblar celdas de baterías

En paralelo, Seat ya ha iniciado los trabajos previos para alzar la nueva planta de ensamblaje de celdas de baterías anexa al centro de Martorell (Barcelona) que implicará una inversión de 300 millones de euros. Estas instalaciones servirán para acercar el montaje de los battery pack de los coches eléctricos que tiene adjudicados. De hecho, la empresa presidida por Wayne Griffiths espera tener listas las instalaciones para los baterías y la nueva plataforma para modelos eléctricos al mismo tiempo.

El próximo ejercicio va a ser clave, también, en lo que respecta al futuro del centro a partir de 2030. Seat continuará negociando con el grupo Volkswagen la asignación de nuevos eléctricos a Martorell a lo largo de 2024. A corto plazo, no se espera que el grupo germano anuncie una nueva tanda de vehículos a distribuir entre las 120 instalaciones de producción que tiene por todo el mundo, pero el CEO de Seat lleva tiempo negociando la adjudicación de una nueva línea para coches cero emisiones.

«En 2030 necesitamos la segunda plataforma eléctrica. Soy optimista, voy a luchar para conseguirlo, pero no se puede hacer de un día para otro», dijo Griffiths en abril durante la presentación del Cupra Tavascan en Berlín (Alemania). El comité de empresa de la factoría siempre ha insistido en que, de no conseguir nuevos modelos, la empresa podría perder unos 2.000 puestos de trabajo desde el momento que se despida de los modelos de combustión por el bajón en la carga de trabajo.

En cualquier caso, Seat se siente cómoda con su futuro a medio plazo. Mientras el grupo Volkswagen ya sufre las consecuencias del lento desarrollo del coche eléctrico, su filial española confía en poder ofrecer tanto vehículos eléctricos de la marca Cupra, como modelos de combustión e híbridos de la marca Seat en los próximos años, pudiéndose adaptar a las tendencias del mercado y a los deseos de los conductores.

Eso sí, tiene 2035 para tomar una decisión final. A partir de entonces, quedará prohibida la venta de coches que no sean cero emisiones en Europa, el principal mercado de la compañía, por lo que deberá de definir de una vez por todas el futuro de Seat como marca de coches. Por ahora, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de fortalecer Seat Mo y aprovechar el renombre de la marca para impulsar la división de movilidad urbana de la compañía.

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