Los húngaros que quieren comprar Talgo inician contactos «discretos» con el Gobierno
Los húngaros que quieren comprar Talgo por 619 millones afrontan la oposición del Gobierno y una reclamación millonaria de Renfe.
Un tren de Talgo en la estación central de Bombay, en India. EFE/Divyakant Solanki
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El consorcio húngaro que quiere comprar Talgo, Ganz-Mavag Europe, tiene previsto mantener contactos «discretos» con el Gobierno para tratar de aplacar las reservas que la operación suscita en la Administración.
El grupo húngaro, que ha contratado los servicios del mayor despacho de abogados español, Garrigues, y del banco de inversión Lazard, ha enviado ya cartas a varios Ministerios afectados por la operación, y pretende tener encuentros con responsables de la Administración en los próximos días, de acuerdo a fuentes implicadas en la compra consultadas por este diario.
Los fuertes vínculos entre las sociedades y empresarios del conglomerado húngaro con el primer ministro Viktor Orbán y la amistad de este con Vladimir Putin levantan todo tipo de suspicacias
Ganz-Mavag Europe está participado en un 45% por el fondo público Corvinus International Investments, y en un 55% por Ganz-Mavag International, otro grupo participado a su vez por empresarios afines a Orbán.
En esta última sociedad participa el empresario András Tombor, cercano a Orbán y fundador de la escuela Mathias Corvinus Collegium (MCC), el centro de formación universitario de Budapest financiado con dinero público, profundamente nacionalista y conservador.
La misma escuela fundada por Tombor, que ha acogido a varios representantes del partido político español VOX en sus clases, forma parte del accionariado de una de las sociedades implicadas en la compra.
Los Ministros Óscar Puente (Transportes) y Jordi Hereu (Industria) ya mostraron públicamente sus reservas ante la oferta de compra húngara la pasada semana.
Ganz-Mavag Europe envió la pasada semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores anuncio previo a la presentación de una oferta por el 100% del capital. El grupo ofrece cinco euros por acción, 619 millones de euros que pagará en efectivo, y cuenta con el visto bueno del consejo de administración de Talgo y de su primer accionista, el fondo estadounidense Trilantic.
A partir de ese momento, el grupo húngaro tiene un mes de plazo para presentar ante el regulador del mercado español solicitud de autorización para el lanzamiento de la OPA. También deberá aportar un aval de entidad de crédito o constituir un depósito de efectivo en un banco que garantice la contraprestación ofrecida.
El consorcio húngaro defiende su oferta sobre Talgo asegurando que mantendrá la sede del grupo en España, la plantilla y la mayoría de su equipo directivo. Sostienen que la banca española que ha financiado a Talgo ya ha constatado la inexistencia de dinero ruso en la operación.
También recuerdan que son una empresa de la Unión Europea, y advierten que la compañía ferroviaria española requiere de inversiones para solventar, dicen, atascos en los pedidos.
Los húngaros que afrontan la compra de Talgo encaran, además de la oposición política, la millonaria reclamación exigida por Renfe a la empresa española por retrasos en la entrega de los trenes Avril, 167 millones de euros.
El grupo público español ha advertido a Talgo que, a partir del próximo mes de abril, se irán sumando a esa cifra 80.000 euros diarios por los retrasos acumulados.
Talgo emplea a 3.300 personas y es el principal suministrador de trenes de alta y muy alta velocidad de Renfe, y el suministrador de trenes en el proyecto de alta velocidad para la línea ferroviaria Haramain entre La Meca y Medina en Arabia Saudí. El viernes la compañía cerró en Bolsa con una caída del 3,19% cerrando a 4,25 euros por acción.
