Wallbox: el unicornio catalán auxiliado por el Gobierno que ha quemado más de 300 millones sin lograr la rentabilidad

La empresa de Enric Asunción sigue buscando el punto de equilibrio financiero mientras negocia con la reestructuración de su deuda con la banca

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el CEO de Wallbox, Enric Asunción (3d), visitan la sede de Wallbox, a 13 de febrero de 2025, en Barcelona

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el CEO de Wallbox, Enric Asunción (3d), visitan la sede de Wallbox, a 13 de febrero de 2025, en Barcelona. Foto: Kike Rincón / Europa Press

El Gobierno ha anunciado su entrada en Wallbox a través de la ‘Sepi digital’, dotando de una nueva inyección de capital al unicornio catalán. La compañía acumula ampliaciones de capital que superan los 300 millones desde su nacimiento sin haber conseguido rentabilizar su negocio. Tras haber perdido 2.900 millones de su valor desde su pico más alto, la firma catalana obtiene un nuevo balón de oxígeno mientras negocia la reestructuración de su deuda con la banca.

La empresa de cargadores para vehículos eléctricos que lidera Enric Asunción nació hace una década y dio el salto a Estados Unidos en el año 2021. Con una salida a bolsa valorada en 1.300 millones, el unicornio español (empresa de más de 1.000 millones) proyectó un gran éxito en Wall Street gracias al boom de la movilidad sostenible.

En su punto más álgido, llegó a capitalizar 3.000 millones de euros en el mercado neoyorquino, pero, casi cuatro años después, Wallbox acumula pérdidas millonarias, sigue sin lograr el punto de equilibrio financiero prometido y su valor bursátil ha caído hasta los 92 millones.

No obstante, la compañía ha contado a lo largo de los últimos años con el respaldo financiero de Iberdrola, el presidente de Gestamp y exconsejero de Telefónica, Francisco Riberas, fondos de renombre como Seaya Ventures, liderado por la hija del expresidente del BBVA Beatriz González, el actual presidente del banco, Carlos Torres, Marta Santacana o miembros de la familia Puig.

Wallbox acumula 13 ampliaciones de capital por más de 300 millones de dólares

Actualmente, Iberdrola, a través de su filial Inversiones Financieras Perseo, y Riberas, mediante su sociedad patrimonial Orilla Asset Management, siguen siendo los accionistas más activos en Wallbox, habiendo participado con inyecciones de capital significativas en las últimas ampliaciones.

Operaciones necesarias para el rápido crecimiento que llevó a la empresa catalana a dar el salto al otro lado del charco y a financiar su expansión internacional, pero también para evitar que la deriva del negocio acabe con el sueño de la startup de Asunción.

Tal es así que la empresa ha ejecutado hasta 12 ampliaciones de capital en los últimos años, según datos del portal Crunchbase, a las que se suma la última anunciada el pasado jueves.

El conjunto de las operaciones suma 322,7 millones de dólares (unos 282 millones de euros al cambio actual). La más grande fue de 100 millones en el año 2021, seguida de otra de 48,3 millones dos años más tarde.

En febrero de 2025, Wallbox anunció una nueva ampliación por 10 millones de dólares, a la que se suman los 15 millones de dólares de esta semana, mayoritariamente por parte del Gobierno a través de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT) o ‘Sepi digital’.

Años de pérdidas buscando el punto de equilibrio prometido

La compañía sigue buscando la rentabilidad gracias al impulso de los inversores y, si bien en el último trimestre logró recortar pérdidas, aún tiene trabajo por delante para llegar al punto de equilibrio financiero prometido. Y es que, el frenazo del vehículo eléctrico en Europa y la situación geopolítica no han facilitado la buena evolución del negocio de Wallbox.

En 2024, registró unos números rojos de 151,8 millones de euros, superiores a los 112 millones de 2023. En el primer trimestre de 2025, las pérdidas alcanzaron los 18,14 millones de euros, casi un 40% inferiores a las registradas en los tres primeros meses de 2024.

Su ebitda sigue siendo negativo, con una cifra de -9,4 millones, mientras que el ebitda ajustado se sitúa en -7,7 millones. Con esta situación, Wallbox prevé un crecimiento de los ingresos en los próximos trimestres que les acerque al punto de equilibrio del ebitda ajustado, es decir, el nivel de facturación que necesita para cubrir los costes totales y que su negocio sea rentable.

No obstante, la empresa de Asunción lleva pronosticando la llegada de esta situación financiera muchos meses, habiendo tenido que retrasar en diferentes ocasiones la fecha en la que alcanzarán la rentabilidad.

Para ello, Wallbox ha aplicado recortes de gastos en diferentes aspectos de la empresa, entre ellos a nivel laboral. La compañía llegó a recortar en 2024 hasta el 35% de su plantilla, lo que supone haber prescindido de unos 300 trabajadores.

En cuanto a su deuda, Wallbox acordó con sus acreedores, entre los que se encuentran Banco Santander, CaixaBanck o BBVA, extender las negociaciones para la reestructuración hasta el verano de 2026. Con este escenario, la inversión del Gobierno en la compañía catalana supone un nuevo impulso económico a una compañía que aún no ve la luz.

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Joel Calero Sánchez

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