Fernando Martín entrega Martinsa a Abanca, Popular, Caixabank y Sareb

La inmobiliaria está dispuesta a ceder el 70% de su capital, pero la banca duda por el dinero que tendría que inyectar para reflotarla

A Martinsa le espera un maratón de reuniones hasta final de año, fecha límite para evitar la liquidación. La banca ha vuelto a dar largas a la inmobiliaria, que ofrece canjear el grueso de la deuda, cerca de 3.500 millones, por acciones. Si se cierra el pacto en estos términos, que no parece sencillo, los bancos pasarían a controlar la sociedad con un 70% del capital, mientras que Fernando Martín mantendría el restante 30%. Entre los principales acreedores está Abanca, que reclama 422 millones. Y también Banco Popular, con 570 millones. Completan el cuarteto principal Caixabank, que reclama a la inmobiliaria 890 millones y Sareb, con 1.400 millones en deudas. Todos ellos se convertirían en accionistas de referencia.

Estas entidades conforman el G4 que este lunes se reunió con Martinsa en un encuentro más técnico que productivo, en el que se solventaron algunas «incorrecciones» del texto presentado por la inmobiliaria. La banca no dijo que sí ni que no, más bien que se lo pensará. La propuesta adaptada de la inmobiliaria llegó a los bancos el viernes por la tarde, por lo que no hubo margen para el estudio. Pero la situación no pinta del todo bien. Las entidades saben que la compañía no es una perita en dulce y que habrá que inyectar importantes cantidades de dinero para reflotarla. Ese es el principal problema para cerrar un acuerdo, informan fuentes financieras, pero también lo es el factor tiempo. El plazo para reestructurar la deuda vence el 31 de diciembre, fecha en que Martinsa debe atender a un nuevo pago de deuda que no puede afrontar. Si se produce el impago, según especifica el convenio de acreedores, la empresa entrará en liquidación.

Un año negociando

Entre la banca predomina el escepticismo sobre la viabilidad futura de la compañía que salvó en falso el mayor concurso de acreedores de la historia de España. La inmobiliaria que dejó atrás Jove negocia desde hace un año su rescate. La propuesta mejorada de Martinsa se estructura en una dación en pago, intercambio de deuda por activos, además de la comentada capitalización de deuda para dar entrada a la banca en el capital.

La dación en pago implicaría también una especie de quita, es decir, que los bancos no recuperarán la totalidad de la deuda. Si las dudas sobre la viabilidad de Martinsa fue el problema clave para la banca durante el largo año de negociaciones, la quita fue otro de los predominantes. En la primera propuesta, la que se llamó Proyecto Aurora, los acreedores tenían que renunciar a cerca de un 80% de su dinero. No aceptaron. En el Proyecto Aurora II, el actual, la quita rondaría el 66%, según informó El Confidencial.

Más reuniones

Este martes, la dirección de Martinsa y los acreedores vuelven a reunirse. Los encuentros están abiertos a la totalidad de las entidades con deuda atrapada y no solamente al G4 que encabezó las negociaciones. Los bancos deben evaluar cuánto costará reflotar la inmobiliaria cuando esté bajo su tutela y, si aceptan la patata caliente, cómo será el calendario para entrar en el capital. Son muchos los afectados. Además de los que conforman el G4, está Morgan Stanley, Bankia o Sabadell. Así hasta 25 acreedores además de la Sareb.

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