Stellantis deja de producir casi 90.000 coches en Vigo por la crisis de los microchips

El sindicato SIT cifra en 87.864 los vehículos que se han dejado de fabricar en la factoría de Balaídos como consecuencia de una crisis de los microchips que ha provocado la suspensión de un turno de fin de semana

El Supremo desestima el recurso presentado por Stellantis para esquivar una multa de más de 30 millones de Competencia por formar cártel con otros fabricantes

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El reguero de parones en la fábrica de Stellantis en Vigo deja una factura de casi 90.000 vehículos sin producir. Así se desprende de los datos que ha hecho públicos el sindicato SIT este miércoles. En ellos revela que la factoría de Balaídos ha dejado de fabricar un total de 87.864 automóviles por la crisis de los microchips, que ha provocado que la actividad general haya descendido un 20%, un porcentaje que se eleva hasta el 67% en el caso de la línea M2 (donde se fabrican las furgonetas) desde este verano.

Esta sequía de semiconductores ha provocado que la dirección de la factoría haya planteado la suspensión del turno de fin de semana del sistema 2 a partir del 3 de octubre. Esta suspensión afecta, según la compañía, a unos 750 trabajadores, y la empresa ha propuesto que 200 pasen a los turnos de la semana de la M2, y otros 450 serían recolocados en la M1 (tanto por la semana como el fin de semana), mientras que el centenar restante se irían de la fábrica, puesto que finalizan contrato.

Los deberes de CC OO y UGT

Frente a esta postura, los sindicatos han respondido con un listado de propuestas que tienen como objetivo proteger a los operarios afectados por el ajuste y «equilibrar la carga de trabajo» entre turnos y sistemas de producción. Desde SIT, sindicato mayoritario, han asegurado que pedirán «sensibilidad» a la empresa con las personas afectadas por las medidas de movilidad, y que reclamará que se favorezca la conciliación y las condiciones de los operarios en puestos adaptados.

Por su parte, desde UGT han reclamado que se respete la duración de los contratos y que se atienda «individualmente» a la situación de cada trabajador, mientras que Comisiones Obreras exige que se respete al menos un año de contrato de todos los eventuales, para que puedan acceder a prestaciones cuando se vayan al paro. En el caso de que no sea posible, defienden que este personal tenga prioridad ante nuevas incorporaciones, al tiempo que reclaman a la dirección de la factoría que no se hagan nuevas contrataciones antes de recolocar a los afectados por la suspensión.

Condonar deuda y ampliar el ERTE

La CUT pide más datos a la empresa y alerta de que, según sus cálculos, en torno a un millar de empleados se verán afectados por el ajuste. Además, el sindicato pide que se equilibre la carga de trabajo, que se les «condone la deuda» a los trabajadores afectados por las medidas, especialmente a los eventuales que se irán sin derecho a prestación, que se revisen las medidas sociales pactadas en el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) (y que se incluya a todo el personal), y que se mejoren las condiciones de los contratos indefinidos a tiempo parcial, «que estuvieron sin ingresos».

La CIG pone el foco en que la empresa esa que asuma el «crédito de horas en negativo» por las paradas de producción, que se cree una bolsa de empleo para reincorporar a los eventuales que no cumplan el año de contrato (con el compromiso de no hacer nuevas contrataciones fuera de esa bolsa) y la movilidad voluntaria de los fijos a tiempo parcial de los turnos de noche a los turnos de día. También reclaman una bajada de la cadencia de trabajo para mantener personal, así como la extensión del ERTE a toda la plantilla.

Economía Digital Galicia

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