Félix Ovejero: “El feminismo que conocemos ahora no es socialismo porque no es universal”

Entrevista con Félix Ovejero, coautor de 'Hombres y sombras, contra el feminismo hegemónico'. Una apuesta por reformular un movimiento de "gestos vacíos"

Portada de ‘Hombres y sombras: contra el feminismo hegemónico editado por Míriam Tey de la editorial ED Libros / ED

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Feminismo y socialismo son dos ideas que están en la actualidad muy alejadas la una de la otra. La idea de un movimiento emancipador de la mujer que propugna valores universales ha muerto para dejar paso a un movimiento cuyas ininteligibles tesis generan paradojas de exclusión donde hombres que acuden a manifestaciones son vetados pese a estar “comprometidos con el ideario”.

“El feminismo que conocemos ahora no es socialismo porque no es universal”. Así de claro se muestra el académico y articulista Félix Ovejero, quien defiende el cambio sustantivo de “explotación” para definir al sujeto del movimiento feminista: “No es condición necesaria ni suficiente”.

El intelectual, que ofrece su análisis en Hombres y sombras, contra el feminismo hegemónico –que coordina Miriam Tey (ED Libros, 2020)–, cree que esa idea debería sustituirse por la de “dominación o sumisión”.

En una entrevista con Economía Digital, Ovejero defiende que el feminismo ha tendido a recluirse en entornos endogámicos y dogmáticos, en muchos casos alejados de los problemas y las necesidades reales para pasar a ser un debate académico de difícil comprensión.

Además, todo esto se produce en un momento donde una corriente del propio movimiento plantea como propia que se difumine a la propia mujer.

Una visión del feminismo “republicana” basada en la libertad

Contra esa idea excluyente e incluso desdibujada de feminismo, Ovejero propugna una “visión republicana” donde se impone el principio de igualdad.

El articulista cree que es más importante que la persona decida sin ataduras ni corsés, en lugar de obligarla a encaminarse a ciertos espacios profesionales.

Llevado al entorno académico, pone en tela de juicio debates como por porcentajes de cada sexo en profesiones: “Si uno quiere estudiar filosofía o ingeniería, cuando tiene plenas condiciones de libertad lo puede hacer”.

Preguntado sobre derechos especiales de las mujeres, defiende que lo más importante es que se generen las condiciones materiales para que se puedan corregir las discriminaciones y que disfruten de derechos colectivos: “No porque haya unos derechos especiales, sino porque los derechos de todos les alcancen”.

Y pone como ejemplo a las minorías negras, que no luchaban por universidades especiales para ellos en EEUU sino por el acceso en igualdad de condiciones a los blancos en las ya existentes.

Un feminismo atrapado en “simbolismos hasta lo ridículo”

Félix Ovejeros es coautor de la obra coordinada por Miriam Tey, un trabajo de varios autores donde se aborda la necesaria transformación del movimiento en defensa de hombres y mujeres que, según el propio manuscrito, se ha quedado atrapado en «gestos vacíos de contenido, simbolismos hasta lo ridículo» o «laberintos gramaticales». 

Además de Ovejeros y Tey, escriben Carmen PosadasMónica OriolTeresa FreixesPablo de LoraRebeca ArgudoAlfonso Gañán Calvo y Sofía Rincón dando forma a un relato que, lejos de ser antifeminista, invita a los lectores a «una reflexión sobre qué es y qué debería ser el feminismo en nuestra sociedad actual». 

El libro entra de lleno en la batalla cultural sobre la idea de feminismo, desde un tono desenfadado y a través de sus «pensamientos, preguntas y sugerencias».

El manuscrito también critica una hegemonía que «lejos de entroncarse en la ciencia y en la filosofía universal, apañan teorías para que encajen en el pequeño hueco que nos dejan».

«Y quiere hacerlo antes de que las mujeres (y los hombres) desaparezcamos como tales por causa de ese magma neo-conceptual interesado», explicó Teresa Freixes en redes sociales sobre el manuscrito con su coautoría.

El libro de la ED Libros invita a la reflexión crítica, en un momento donde la hegemonía cultural ha frenado la serenidad de un debate cerrado en falso. 

Economía Digital

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