Tesla desafía la normativa: prueba su conducción autónoma en Madrid sin aval de la DGT ni permiso municipal

Madrid cuenta con una ordenanza “sandbox” que permite pruebas en entornos controlados, pero Tesla habría operado fuera de estos ámbitos, enfrentándose a posibles sanciones

El logo de Tesla en la fachada del concesionario de la marca.Archivo. Jorge Gil / Europa Press

Madrid ha sido el escenario escogido por Tesla para realizar una de las pruebas más ambiciosas de su sistema de Conducción Autónoma Total (FSD, por sus siglas en inglés) supervisada.

El evento, que ha recorrido puntos emblemáticos como la Puerta de Alcalá, la Fuente de Cibeles y el Parque del Retiro, ha generado una ola de reacciones tanto entre las autoridades como en la opinión pública, reabriendo el debate sobre la regulación y el futuro de la movilidad autónoma en España.

¿En qué consistió la prueba de Tesla?

El protagonista fue un Tesla Model 3 de producción, equipado con el hardware que actualmente se entrega a los clientes, pero con una versión de software en fase de desarrollo. 

Durante el recorrido, el vehículo circuló por zonas de tráfico denso y calles residenciales, enfrentándose a rotondas, giros complicados, semáforos, peatones y ciclistas, todo ello sin intervención humana directa en el volante. 

El objetivo de Tesla era recopilar datos reales en un entorno urbano complejo, característico de las grandes ciudades europeas.

El vídeo publicado por la propia compañía en redes sociales muestra cómo el sistema reacciona a los distintos elementos del tráfico, gestionando situaciones como calles cortadas y cambios de ruta, siempre bajo la atenta supervisión de un conductor que, según la normativa vigente, debe estar preparado para tomar el control en cualquier momento.

Tesla lleva años desarrollando su tecnología de conducción autónoma, acumulando más de 5.970 millones de kilómetros recorridos con el sistema FSD en todo el mundo. 

En Estados Unidos, la compañía ya ha puesto en marcha programas piloto de robotaxis en ciudades como Austin, aunque estos también han enfrentado desafíos regulatorios y de seguridad

La conducción autónoma en Norteamérica presenta características diferentes a la europea, especialmente por la complejidad del tráfico y la señalización en ciudades como Madrid.

Un coche Tesla circula por el Puerto de Valencia. Foto: Archivo. Jorge Gil / Europa Press
Un coche Tesla circula por el Puerto de Valencia. Foto: Archivo. Jorge Gil / Europa Press

El sistema FSD de Tesla se basa en una red de cámaras y sensores gestionados por inteligencia artificial, prescindiendo de tecnologías como el Lidar, que sí emplean otros fabricantes. 

El software se actualiza de forma constante (OTA), permitiendo que los vehículos mejoren sus capacidades con el tiempo.

Según la marca, esta tecnología puede reducir hasta diez veces el riesgo de accidente en comparación con la conducción humana, aunque existen voces críticas que advierten sobre la falta de redundancia y posibles fallos en condiciones adversas

El marco legal: la gran asignatura pendiente

La prueba de Tesla en Madrid ha puesto de manifiesto el vacío legal existente en España y Europa respecto a la circulación de vehículos autónomos.

Ni la Unión Europea ni España han autorizado la libre circulación de coches autónomos en vías públicas, salvo en entornos controlados o bajo estricta supervisión. De hecho, en la actualidad, la única marca con autorización para circular sin manos en el volante en España es Ford, gracias a su sistema BlueCruise.

El Ayuntamiento de Madrid y la Dirección General de Tráfico (DGT) han reaccionado solicitando explicaciones a Tesla, ya que la prueba se realizó sin los permisos necesarios.

Según las autoridades, cualquier ensayo de este tipo requiere un informe favorable del consistorio y el visto bueno de la DGT. Además, la normativa europea establece condiciones muy estrictas para la autorización de vehículos de conducción autónoma en entornos urbanos.

Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, ha recordado que la ciudad está abierta a la innovación, pero siempre bajo el respeto a la legalidad y la seguridad.

Madrid cuenta con una ordenanza “sandbox” que permite pruebas en entornos controlados, pero Tesla habría operado fuera de estos ámbitos, enfrentándose a posibles sanciones.

El recorrido por Madrid no es un hecho aislado, Tesla ha realizado pruebas similares en otras capitales europeas como París, Roma, Berlín y Ámsterdam, siempre con la intención de recopilar datos y avanzar hacia la comercialización de su sistema en Europa.

La multinacional aspira a que todos sus modelos –Model S, Model 3, Model X y Model Y– cuenten en el futuro con capacidades de conducción autónoma total sin supervisión, gracias a actualizaciones de software que irán incorporando nuevas funciones. 

Sin embargo, la implantación real de esta tecnología dependerá de la evolución de la legislación europea y nacional, así como de la aceptación social y la resolución de los desafíos técnicos y éticos que plantea la movilidad autónoma.

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