25 años de TV privada: entre los lujos de A3 y las disputas legales de Prisa y Mediapro
Mientras Antena 3, la primera televisión privada española, nacida al amparo de Ley 10/1988 de televisión privada, celebra el 25 aniversario de vida con la presencia del Rey Felipe incluida, Prisa y Mediapro, dos empresas resultantes de aquella decisión tomada por el gobierno de Felipe González en abril de 1986, se encuentran en pleno proceso de disputas legales.
Están pendientes de la resolución de diferentes tribunales de Justicia en que ambas se juegan muchas cosas y donde aparece un tercer afectado, Telefónica, a quien se reclama que juegue un rol que amenaza con afectar a una parte de su negocio.
La primera disputa que Prisa tiene abierta con Mediapro está relacionada con el precio de venta de Digital . Prisa reclama más de 200 millones de euros por la operación que supuso la venta del 56% de Digital a Telefónica por un total de 750 millones de euros, que siete meses después no se ha convertido en oficial ya que aún está siendo estudiada por las autoridades de la competencia.
La valoración de Digital en la que se cerró la operación –1 339 millones de euros– incluía 100 millones que se esperaba que Digital cobrara como resultado de la disputa legal con Mediapro.
Esperando que la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional de París dicte sentencia, cualquier importe por encima de los 100 millones de euros supondría para el grupo presidido por Cebrián un impacto positivo y por debajo, un impacto negativo (56% de la diferencia entre el importe de la sentencia y los 100 millones de euros ya incluidos en la valoración usada para la operación de Digital ). Según Prisa, lo lógico sería que la sentencia superara los 100 millones de euros, por lo que tendría un impacto positivo en la compañía.
Sin embargo, en la valoración de Canal también hay un ajuste negativo que se deriva de las necesidades de working capital o fondo de maniobra del negocio hasta que se cierre el proceso a la CNMC, lo que hace pensar que si hay un ajuste positivo por el arbitraje de París es probable que compense en gran parte el posible ajuste negativo que haya respecto de las necesidades del fondo de maniobra.
La segunda disputa, originada por la famosa «guerra del fútbol» acaecida durante los años 2006-2009 afectaría directamente el holding a través de la empresa Audiovisual Sport y que Prisa controla con un 80%. Aquí hay dos reclamaciones abiertas, la primera de 105 millones de euros para la primera temporada y media, y la segunda por 95 millones de euros para la otra temporada y media restante.
Los analistas consideran que en la primera reclamación de 105 millones el Tribunal Supremo dará la razón de Prisa, y lo normal sería que si Prisa ganara la primera disputa legal también ganara la segunda.
En caso de que los tribunales fallaran a favor de Prisa en ambos pleitos, la compañía obtendría un total de 200 millones de euros a nivel consolidado, aunque se desconocen las capacidades de Mediapro para hacer frente al pago de esta cantidad en efectivo. En caso de que no pudiera, podría procederse a la liquidación de la compañía fundada por Robles.
En medio de estas dos disputas, algunos medios han aventurado que Telefónica podría estar considerando dar marcha atrás en la compra de Canal , a la vista de las duras medidas que la CNMC está dispuesta a imponer ya que, en opinión del regulador, en caso de que se lleve a cabo la operación, la compañía de telecomunicaciones pasaría a disponer de una cuota de mercado, tanto en términos de clientes como de ingresos, que podría darle una posición competitiva «irreplicable» en el mercado español de televisión de pago, así como en la adquisición de contenidos audiovisuales.
De este modo, la CNMC pretende obligar Telefónica a revender sus servicios audiovisuales empaquetados, condición que podría llevar a la operadora de telecomunicaciones a plantarse y abandonar el proceso de compra.
A pesar de que la operación está aún pendiente de ser aprobada por el regulador español, la hipótesis es considerada como negativa para Prisa, ya que la viabilidad financiera del grupo depende directamente de esta operación. La retirada de Telefónica supondría para Prisa dejar de ingresar los 750 millones de euros procedentes de la venta del 56% de Digital , vitales para ejecutar el plan de refinanciación en que se encuentra inmersa actualmente.
La deuda financiera neta de Prisa se sitúa en la actualidad alrededor de 2.600 millones de euros y tienen unos compromisos de pago de 900 millones en 2015, que el grupo ya tiene casi cubiertos al recomprar deuda con descuento por 776 millones de euros en 2014 -tras vender un 13,63% en Mediaset, los sellos literarios de Santillana y cerrar una ampliación de capital de 100 millones– y de 600 millones en 2016.