A las puertas del rescate

No somos meros espectadores, sino los sufridores protagonistas que saben que pronto les llegará su turno, en el momento que el Gobierno español solicite el rescate de nuestra economía. Se le podrá llamar línea de financiación preventiva, plan de ayuda virtual, solicitud de programa preventivo al mecanismo europeo de estabilidad, o se podrá utilizar el juego de palabras que se quiera, pero la realidad es que será un rescate y la constatación de un fracaso colectivo económico-social. Y a estas alturas de la situación, observo con estupefacción que el Fiscal General del Estado aún no ha formulado ninguna acusación sobre los responsables políticos que han dirigido este país y sus instituciones u organismos en los últimos años. Si los ciudadanos no vemos sentados en un banquillo de un tribunal a los causantes de habernos conducido a perder la dignidad como pueblo y haber dirigido a nuestra economía y a nuestra sociedad al extremo de una intervención por no poder seguir sobreviviendo económicamente por nuestros propios medios, ¿con qué cara se podrá solicitar a los mismos ciudadanos que cumplan con sus obligaciones tributarias,fiscales y sociales? Espero y deseo que todo el peso de la ley caiga sobre los que han llevado las riendas de una sociedad que no merecían haber guiado jamás, firmando de esta forma una de las páginas más oscuras de la historia de España. 

Y dentro de este contexto, por si no era suficiente, a los sindicatos se les ocurre cometer la grave irresponsabilidad de convocar una huelga general para noviembre, que solo servirá para generar más problemas a la ya maltrecha y agonizante economía española. Pero aún nos queda otro mal trago, conocer las condiciones reales del rescate, condiciones que espero que no se cometa el error de no explicarlas en su integridad y que los ciudadanos sepamos con toda exactitud a lo que nos vamos a enfrentar los próximos años, por lo que le solicito al Gobierno actual, cuando llegue el momento, transparencia total y absoluta en el traslado de la información a la ciudadanía. Tenemos el derecho de conocer la verdad de la capitulación de nuestra economía y de nuestro sistema financiero, sin adornos ni florituras de ningún tipo. 

Puede,seguro, que este articulo suene duro, pero duro es que más de cinco millones de personas estén desempleadas y subiendo; duro es que en los últimos cuatro años más de 400.000 familias hayan perdido su vivienda porque el banco se la ha embargado; duro es ver cada día los comedores sociales abarrotados de familias sin recursos; duro es ver como decenas de miles de jóvenes se nos van a otros países por falta de oportunidades laborales en el nuestro, retomando así el triste camino de tiempos ya pasados; duro es que cada mes cientos de autónomos y pymes tengan que cesar en su actividad económica perdiéndolo todo en ese terrible momento; duro es tener más de un 50% de desempleo juvenil que sigue cotizando al alza y que nos debería provocar como mínimo vergüenza al ver una generación entera desencantada, perdida y frustrada sin que seamos capaces de evitarlo. Esta es nuestra dura y cruda realidad, aunque no guste decirla e intenten maquillarla o, lo que es peor, obviarla. Si no sabemos dónde estamos y cómo estamos, jamás sabremos qué dirección tomar.