Sectarismo urbano

El Ayuntamiento de Barcelona rechaza colocar una placa entre los antiguos domicilios de García Márquez y Vargas Llosa en el barrio de Sarrià

A través de un amigo me entero de una noticia sobre Barcelona que considero importante, y a la vez triste. Él, a su vez, la ha conocido por el diario bonaerense La Nación. Como se verá, no es extraño que haya tenido resonancia en el otro lado del Atlántico, mientras que aquí ha pasado bastante desapercibida.

Resulta que en el barrio de Sarrià, allá en la década de 1970, vivieron nada menos que dos premios Nobel, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Y además tan solo a unas pocas decenas de metros de distancia. Por supuesto que no se trata de nada nuevo; el hecho era conocido.

Lo que es nuevo es la iniciativa de un grupo de vecinos de pedir al consistorio que se colocara una placa, más o menos equidistante de los antiguos domicilios, en recuerdo de lo dicho. La propuesta fue llevada al Consejo del Distrito de Sarrià-Sant Gervasi por Barcelona pel Canvi, con el apoyo de otros grupos.

Digamos que, de aceptarla, nuestro Ayuntamiento hubiera quedado lo que se dice como un señor, no solo por la importancia de ambos literatos, sino por el hecho de homenajear a dos figuras más bien opuestas en los campos ideológico y político. Y plasmado el recuerdo de un tiempo en el que Barcelona, a pesar del franquismo, era un centro de ebullición cultural y cosmopolitismo. Me detengo aquí, ya que dicen que las comparaciones son odiosas.

Pues bien, la iniciativa se ha rechazado, con argumentos de aquellos que se califican como «excusas de mal pagador».

A propósito de García Márquez se aduce que los propietarios del inmueble donde vivió se oponen a colocar la correspondiente placa. En cuanto a Vargas Llosa, el pretexto ha sido que se trata de una persona viva. Como puede observarse, ambas respuestas no tienen nada que ver con lo que el grupo de ciudadanos solicitaba: una placa recordatorio de que dos premios Nobel vivieron en el barrio.

Por una vez que se quería dejar constancia de nuestro pasado cultural…

Una vez más lo sucedido huele a postureo colauista, convenientemente aderezado por el, como mínimo, silencio, cada vez más vergonzante, del grupo socialista, que parece haber confundido coalición con sumisión. Es una opinión muy extendida que la postura claramente contraria al independentismo de Vargas Llosa ha influido muy mucho en la negativa. Por una vez que se quería dejar constancia de nuestro pasado cultural…

Creo que hay pocas grandes ciudades europeas que tengan tan poco cuidado en facilitar información sobre nombres de calles, domicilios de personajes, etc., como es el caso de Barcelona.

En el mismo Sarrià tenemos otro ejemplo claro de esa desidia. Existe una calle llamada “Duquessa d’Orleans”. Así, sin más. Pues bien la razón es que en ella vivió a principio del siglo XIX, y durante unos cuantos años, Luisa María Adelaida de Borbón, viuda del conocido como Philippe Égalité y madre del rey Luis Felipe de Francia. ¿Qué tal si se explicara? ¿O es también un nombre sospechoso y mejor esconderlo?

Claro que cuando se facilita información en ocasiones el provincianismo subyacente puede llegar a producir rubor. Un buen ejemplo es un personaje claramente relacionado con el citado rotativo La Nación, que tiene a gala indicar en su cabecera que fue fundado por Bartolomé Mitre. Como es sabido en Barcelona existe una importante vía a él dedicada, aunque con el poco afortunado nombre de “General Mitre”.

Dicho nombre le fue adjudicado durante el franquismo, y digo que es poco afortunado porque en dicha figura polifacética la faceta militar es la menos importante. Fue presidente de la República Argentina, gobernador de la provincia de Buenos Aires, historiador… Supongo que se ha intentado aminorar la chapuza incorporando en las placas su nombre completo. ¿Cómo? Pues tal que “Bartolomé Mitre i Martínez”.

En primer lugar es excepcional en Argentina utilizar el segundo apellido. Es un país que me precio de conocer bastante y nunca había visto el “Martínez” en ninguno de los correspondientes recordatorios. Pero por supuesto lo más chocante es la presencia de la conjunción copulativa “i”. Como si Mitre hubiera nacido en Ripoll, por ejemplo, y no en Buenos Aires.

Lo importante es eliminar de nuestra ciudad nombres de “fachas” como el Almirante Pascual Cervera

En cualquier caso no sería de recibo argumentar que ese es el protocolo establecido para casos semejantes, porque indicaría que la intoxicación nacionalista habría hecho de obligado cumplimiento esa forma arbitraria de citar nombres.

Pero bueno, todo eso es pecata minuta. Lo importante es eliminar de nuestra ciudad nombres de “fachas” como el Almirante Pascual Cervera (a ver si se enteran los cubanos, que le siguen homenajeando) u otros que evidencian la “opresión” borbónica.

Más tarde o más temprano comprenderemos todos la labor de “revolución cultural” en el callejero que está desarrollando la preclara inteligencia de nuestra alcaldesa.

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