Bañuelos anda sobrado de efectivo, o eso parece
Enrique Bañuelos, el ex promotor inmobiliario valenciano que ha regresado a España tras dejar a medio terminar sus negocios brasileños ante las dudas que sus andanzas empezaban a generar, no se está quieto ni un minuto ni da punzada sin hilo. Aunque no lo parezca, cada uno de sus pasos tiene su lógica.
De la noche a la mañana se ha agenciado una empresa cotizada, la tecnológica Amper, se ha asociado con el yerno del ex presidente José María Aznar, Alejandro Agag, para poner en marcha un futurible campeonato del mundo de coches eléctricos y ha tenido tiempo de vender la moto a la Generalitat de Catalunya con el proyecto Barcelona World, con esa inversión de 4.700 millones que él mismo se encargaría de atraer. Los chinos de Fosun, el mayor grupo empresarial privado del país asiático que ha entrado en el ClubMed francés y en la griega Folli Follie, acaban de anunciar su interés por conocer el proyecto. De momento, es una mera toma de contacto.
Lo que no es humo son los 10 millones que Veremonte, la sociedad inversora de Bañuelos, ha desembolsado de manera anticipada. No estaba obligado a hacerlo antes del próximo 31 de diciembre de acuerdo con el plazo fijado por PwC, la auditora designada para verificar las cuentas de Amper.
Lo ha hecho a cuenta de la ampliación de capital que, por importe de 14,73 millones de euros, la tecnológica va a realizar, y que será suscrita en su totalidad por la empresa controlada por Bañuelos, con lo que pasará a controlar la sociedad con el 28,39% del capital social. En Amper también mantendrá Caixabank, a través de la herencia recibida de Cívica, un 4,02% tras la ampliación. Curiosamente, la entidad financiera catalana es la propietaria de los terrenos de Salou, en Tarragona, donde se construiría Barcelona World.
Mientras, la situación de Amper sigue resintiéndose de la crisis económica, sobre todo en España. Una circunstancia que ha llevado a la compañía a facturar ya el 77% del total de la cifra de negocios en el exterior, 20 puntos más que hace un año. No obstante, el cambio de foco en el origen de los ingresos todavía no sirve para equilibrar las cuentas. De hecho, en los nueve primeros meses del presente ejercicio la factura se ha rebajado casi un 13%, hasta 228 millones de euros. De momento, las pérdidas acumuladas ascienden a 14,56 millones y mantiene una deuda financiera superior a los 100 millones de euros.
En el día a día de la gestión, y tras colocar Bañuelos al frente de Amper a uno de sus hombres de confianza, Yago Méndez Pascual, una de las primera actuaciones puestas en marcha para ahorrar costes fue un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), por el que la empresa ha mandado a su casa a 20 empleados hasta el próximo 31 de diciembre y ha eliminado una jornada de trabajo a un colectivo de otros 200 trabajadores.
De cara a asentar todavía más su posición en el exterior, Amper acaba de anunciar su intención de lanzar una OPA de nuevas acciones de su filial eLandia, tras la agrupación de títulos realizada el pasado mes de mayo. Compra condicionada a que el 80% de las nuevas acciones de la filial que no sean de Amper se adhieran a la oferta en un plazo de tres meses. La operación podría realizarse en metálico o mediante la entrega a los accionistas minoritarios de eLandia de una compensación en forma de acciones de Amper, valorada en 3,68 euros por título o 18.975 acciones de la tecnológica por cada nueva acción de la filial.