Como (no) encauzar la legislatura

Los escenarios más plausibles para Sánchez: O con C’s, si C’s obedece, o con Podemos, si Pablo Iglesias tiene la garantía de que Sánchez no va a zigzaguear

Tiempo habrá –por lo menos hasta las elecciones del 26-M— para que Pedro Sánchez abandone la equidistancia y la legislatura corra la fortuna de inclinarse hacia el centroderecha mediante un pacto con C’S, o hacia la izquierda y los partidos periféricos.

De momento, el ganador puede ir tirando como navegante de entrambas aguas, pero es bastante dudoso que consiga adentrarse en la legislatura con rumbo fijo sin uno o varios socios preferentes.

Cuatro posibles escenarios

Se barajan cuatro escenarios, que ordenaremos de menor a mayor probabilidad. Primero, repetición de elecciones. A buen seguro que tal eventualidad no tardará en convertirse en mantra de los socialistas y sus altavoces. “¡Que viene el lobo electoral!” Todos a portarse bien y a regalar apoyos gratuitos o el lobo electoral se los comerá.

Que Sánchez es un empecinado amante del riesgo y adolece de prudencia es público y notorio. Pero imitar el doblete electoral de Rajoy es una temeridad. Los colmillos del lobo podrían hincarse de entrada sobre su yugular.

No es que la derecha fuera a sacar mucha tajada en escaños porque no la obtendrá mientras no deje de presentarse dividida. Es, primo, que existe una bolsa muy notable de votantes que oscila entre el PSOE y Podemos. Es, secundo, que existe otra bolsa, tal vez no menor, compartida por el PSOE y C’s. Y por si fuera poco existe, tercio, un amplio sector que se disputan el PP y C’s.

El problema del Ibex es que en la dirección de Ciudadanos no acaban de dar con la fórmula mágica

Total, que en caso de repetición, el PSOE volvería a ganar, pero con toda probabilidad Podemos recuperaría parte del terreno perdido al ser votado por los que gritaban “con Rivera no” y C’s seguiría con su impulso ascendente porque una parte del electorado que se mantenía fiel al PP se pasará a la formación emergente al ver que su primera opción no levanta cabeza.

En política, los peces gordos suelen comerse a los chicos

Aparcado, si bien no descartado, el primer escenario, vamos a por el segundo, pacto PSOE-C’s. Las presiones del establishment en este sentido no han hecho más que empezar, y no van tanto dirigidas a los socialistas como a Albert Rivera.

El problema del Ibex es que en la dirección de Ciudadanos no acaban de dar con la fórmula mágica que resuelva la siguiente ecuación: ¿cómo diablos se puede apoyar al PSOE y al mismo tiempo sustituir al PP como referente principal de la derecha? A ver si alguien en el Ibex despeja la incógnita.

El PSOE volverá a ganar pero en Madrid comunidad y capital la primera autoridad será para C’s

En política, los peces gordos suelen comerse a los chicos. En la escala de la evolución, las especies que consiguen mayor tamaño son las únicas que no deben temer a los predadores.

Ni siquiera a sus semejantes. La vida es dura para todos los partidos pero más, mucho más, para los que se acomodan a las estrecheces de la bisagra. Rivera quiere escalar en la jerarquía de la biosfera y pasar por lo menos de musculoso lobezno adolescente a ballenato. Si está en sus manos forzar nuevas elecciones sin pasar por culpable, a buen seguro que actuará según tales intereses.

De ahí que Sánchez haya anunciado que seguirá adelante, tercer escenario, con el funambulismo. Por lo menos hasta que la nueva jornada multielectoral despeje el panorama. Ahora bien, de no mediar cambios drásticos de preferencia en el electorado, el PSOE volverá a ganar pero en Madrid comunidad y capital la primera autoridad será para C’s.

En caso de confirmarse la tendencia, bastante clara y definida, del pasado 28-A, C’s será el segundo partido más votado en Madrid y las tres derechas sumarán. Entonces, Rivera tendrá en la mano unos cromos que le faltan.

Pero también una decisión que tomar: o gobernar en Madrid con PP y Vox, con lo que representa de abandono definitivo del centro, o cambalache con el PSOE. Tu me apoyas por Madrid y yo te afianzo por allí, en La Moncloa. Ante  promiscuidad, se levantarían los gritos escandalizados, y también el vuelo, de las derechas despechadas.

El portavoz y diputado en el Congreso Gabriel Rufián, durante su declaración como testigo en el juicio del procés en el Tribunal Supremo.

El precio de pactar con el soberanismo

Lástima que en este etcétera figuren, para sumar los preceptivos 176 diputados, unos dos votos independentistas

O sea, que desde el tercer escenario podríamos pasar al segundo. Pero también al cuarto, la consabida y temida alianza a la portuguesa con Podemos mas el apoyo del PNV, Coalición Canaria, Compromís, etc.

Lástima que en este etcétera figuren, para sumar los preceptivos 176 diputados, unos dos votos independentistas. Más que Podemos en el eje derecha-izquierda, el problema es, o sería, el precio a pagar en el eje Madrid-soberanismo.

Las posibilidades de cada escenario

Las dificultades del PSOE para pagar un precio cualquiera al independentismo, aunque fuera poco, son el problema del cuarto escenario. Si Rivera sale tan reforzado de la cita electoral de mayo que C’s emprende la aventura de arrinconar al PP, este cuarto escenario va a tener muchos números de convertirse en el primero, por muchos quebraderos de cabeza que proporcione al PSOE.

En todo caso y a modo de conclusión, provisional, siempre provisional, la posibilidad de repetir elecciones es remota porque el primer perjudicado podría ser el socialismo; si Sánchez sigue optando por el funambulismo, acarrearía unos costes en inestabilidad política e incluso económica capaces de tumbarlo.

De modo que nos vamos a quedar, por lo menos de momento, con el tercer y el cuarto escenario. O con C’s, si C’s obedece, o con Podemos, si Iglesias tiene la garantía de que Sánchez no va a zigzaguear, un día con él y otro con Rivera.

Próxima tirada, después del 26-M.