¿Crédito o crecimiento?
Hace ya una semana tuve la oportunidad de presentar en EADA el cuarto diagnóstico financiero de la empresa española. El objetivo ha sido conocer la evolución de las principales variables económicas de 2012 y perspectivas de 2013 según la información facilitada por casi 400 empresas nacionales.
Los datos certifican la difícil situación que viven nuestras empresas y la complejidad de este 2013, aspecto que vamos constatando a medida que pasan los meses.
En el informe empresarial merece la pena destacar los siguientes resultados:
• El 45% presentan pérdidas de explotación (resultado antes de intereses) y la rentabilidad económica es de las más bajas de los últimos diez años.
Pero desde mi punto de vista esto no será así hasta que la tendencia del crecimiento se consolide y aunque alguien pueda entenderlo como “un pez que se muerde la cola”, el orden será este.
¿Cuáles son mis argumentos para mantener esta discrepancia? Las noticias económicas de estas dos últimas semanas pueden dar una explicación:
• Las ventas del sector servicios caen el 10,3% (INE, 16 de mayo).
• Fuertes caídas de la actividad y de los nuevos pedidos en el sector servicios, con lo que el declive de la actividad se acelera a un ritmo más fuerte (Markit Economics, 6 de mayo).
• España consigue en marzo su primer superávit comercial (Ministerio de Economía, 14 de mayo).
• El PIB de la eurozona baja un 0,2% en el primer trimestre del año y ya acumula seis trimestres consecutivos de recesión (Eurostat, 15 de mayo).
Veo difícil que otras entidades, en sustitución de los bancos sean capaces de hacerlo, tal como propone la Unión Europea para España.
Las empresas pueden financiarse con préstamos si ofrecen garantías de estabilidad futura de sus flujos y esto sólo se consigue con crecimiento, una regla aplicable para todas las empresas del mundo.
Si bien desde Alemania nos quieren hacer ver las ventajas de la austeridad, frente al estímulo para salir así reforzados en el futuro, lo cierto es que el coste social y económico de esta política es desmesurado y su efecto negativo parece que se agranda con el paso del tiempo.
Llámenlo ustedes círculo cerrado e iterativo, pero si no hay crecimiento y beneficios no habrá crédito y sólo se conseguirá cuando la Unión Europea se decida a pasar a la acción.
—Rafael Sambola Puig es director del Máster de Finanzas de EADA