Cuestión de liderazgo

Sesenta y dos países del mundo nos han cerrado la puerta a los españoles y eso tendrá consecuencias que se deben a la falta de toma de decisiones

El bávaro Edumund Stoiber perdió unas elecciones a canciller alemán frente a Schroeder por reaccionar tarde y mal frente a unas inundaciones. Giuliani emergió como el gran alcalde de Nueva York que fue por su actuación durante el atentado del 11S en el WTC. Zapatero gano las generales de hace 16 años por Rubalcaba pero sobre todo por lo que no hizo su adversario durante los días posteriores al atentado. Churchill fue un líder por su papel durante la batalla de Inglaterra, “lucharemos en los mares, lucharemos en las playas, no nos rendiremos jamás”.

En esta crisis los españoles adolecemos de falta de previsión, somos víctimas del relativismo y sobre todo estamos huérfanos de liderazgo. Las dos primeras cosas son excusables, la tercera no. La falta de liderazgo lleva a la dejación de funciones y sus consecuencias son económicas, de salud pública –en el caso que nos ocupa- y de reputación.

La degradación de la marca país, España, es especialmente grave cuando esa marca vive de todo lo que representa: calidad de vida, sol, bienestar, felicidad, estilo de vida, salud en definitiva. Sesenta y dos países del mundo nos han cerrado la puerta a los españoles en las narices y eso tendrá consecuencias que se deben a la falta de toma de decisiones, en definitiva a la falta de liderazgo.

Ser un líder significa intuir

La falta de liderazgo de Pedro Sánchez tendrá un gran impacto para las empresas y para todos los ciudadanos en forma de una crisis económica gravísima que, además, se verá agravada por los nefastos compañeros de viaje que Sánchez elegido para este viaje al desastre. La falta de liderazgo acompañara a Sánchez el resto de su vida política.

Ser un líder no significa prever lo que va a suceder, ser un líder significa intuir y ponerse al frente de la situación cuando algo sucede. Sánchez no ha intuido, se ha escondido tras el Dr. Simon y ha dejado que las Comunidades Autónomas marcarán la pauta, no ha sido ni tan siquiera capaz de coordinarlas o poner orden entre ellas. El socialista castellano-manchego, García-Page, dice que se entera de lo que se decide sobre la prevención de la pandemia por la radio.

Bélgica, esa arcadia para los separatistas catalanes, ese paraíso terrenal en el que vive Puigdemont, ha decidido quitar las competencias en materia de salud a Valonia y Flandes, sus dos regiones eternamente enfrentadas, y ha pasado a gestionar la crisis desde el Gobierno central belga. Desconozco la opinión de Junqueras, de Urkullu y el resto de amigos del país de Tintín.

Sinceramente creo que, en parte, lo que estamos pagando los españoles es haber convertido el ministerio de Sanidad en una María, en haber descentralizado las competencias de salud hasta la fragmentación y si no fuera por la falta de liderazgo mostrada por Sánchez apostaría por que aprovechando la emergencia nacional decretada tarde y mal se rescatara estas competencias y Salavador Illa pasara a coordinar todo desde un mando único, claro, fuerte, en definitiva líder.

Se avecina una «situación dinámica» en lo económico

Pero la realidad es que el liderazgo lo ha ejercido la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Sus ruedas de prensa son un ejemplo correcto de comunicación de crisis y las críticas a las que le somete la izquierda, y una muestra de su acierto en la gestión, en el tono y el momento. Es posible que Diaz Ayuso comparta la opinión de que en este instante lo mejor sería tener un único mando de la situación pero no es menos cierto que sin ella, sus instrucciones, sus explicaciones, en definitiva, su liderazgo ni el Gobierno Sánchez ni otras Comunidades Autónomas hubieran tomado las decisiones que se están tomando.

La falta de liderazgo en la crisis sanitaria tendrá una segunda parte en la crisis social y económica que se derive de la misma. EREs, concursos de acreedores, impagos, paro, frente a lo cual el Gobierno sin liderazgo puede seguir podemizado y zapaterizandose hasta profundizar en la crisis o rectificar. Sánchez lleva días atrapado en la frase “situación dinámica” para justificar la falta de toma de decisiones y el desacierto. Esa misma “situación dinámica” se avecina en lo económico. Sánchez esta a tiempo de aprender, el liderazgo se entrena, se aprende, falta que él quiera. Lo dudo.