Deoleo: La operación resbaladiza de Arias Cañete
Cuarenta y ocho horas después de que el ministro Arias Cañete fuera designado como cabeza de lista de PP en el Parlamento Europeo, el consejo de administración de la aceitera Deoleo confirmaba a la CNMV que el fondo británico CVC Capital Partners había presentado la mejor oferta en el proceso de venta de la aceitera española que envasa y comercializa una quinta parte del aceite de oliva que se vende en el mundo.
Pese al acuerdo mayoritario del consejo del grupo español, las espadas sobre el resultado final de la operación siguen en alto. Nada está definido. Una teórica y casi segura entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) en el capital y, en el momento en que se realizara, podría condicionar y modificar el actual proceso de venta. En este proceso todas las ofertas recibidas se habrían realizado por el 100% de la compañía.
Desde que se empezó a mover la operación de venta del grupo aceitero español, el Gobierno, a través de los ministros de Agricultura y de Hacienda, mantuvo su intención de impedir que Deoleo dejara de ser española, entrando en funcionamiento la Sepi para negociar la compra de un 3% de la aceitera en manos de Ebro. La operación daría al Estado, al menos, un miembro en el consejo de administración de Deoleo y complicaría la operación del fondo británico.
La oferta de compra del fondo británico, permitiría hacerse con un 30% de la compañía mediante la compra de títulos a algunos accionistas como Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) y una ampliación de capital de hasta 100 millones de euros con exclusión del derecho de suscripción preferente.
La oferta de CVC, que valora la compañía aceitera en 439 millones, contempla, igualmente, una reestructuración de la deuda que asciende a más de 500 millones de euros. Con posterioridad, el fondo lanzaría una opa por la totalidad de la compañía.
Arias Cañete no podía permitirse el lujo de convertirse en el póster electoral del PP al Parlamento Europeo con el sambenito de haber sido el ministro que permitió que la empresa líder del sector del aceite de oliva con marcas como Carbonell, Bertolli, Hojiblanca o Koipe, pasara a manos extranjeras y menos a manos italianas, uno de cuyos fondos estatales fue el que inició el proceso.
De completarse la operación diseñada por Arias Cañete desde el Ministerio de Agricultura, Deoleo contaría con un «núcleo español», al quedarse en su accionariado entidades como Unicaja, CaixaBank y KutxaBank (que suman alrededor de un 20%). Estos intereses se sumarian a los del Estado español, aunque todo ello no permitiría resolver la delicada situación financiera por la que atraviesa el grupo alimentario.
Quedaría por conocer el papel a jugar por otro de los socios españoles más significativos: la cooperativa Dcoop, que tiene casi un 10% y cuyo director general, Antonio Luque, ha criticado abiertamente que el consejo de administración de Deoleo haya recomendado la oferta de CVC. Así como que Bankia y BMN aceptaran vender sin tener en cuenta una propuesta alternativa «que permitía una viabilidad de futuro con una empresa basada en capital español».
Post-it.
El cuento de nunca acabar. Hace unos meses, los principales grupos cooperativos andaluces dieron el paso para intervenir en el mercado del aceite de oliva, en un momento en el que los precios en origen lastraban la rentabilidad de los olivareros. Representantes de unas 200 cooperativas y fábricas de aceite de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, celebraron en Jaén la asamblea para reactivar Cecasa (Compañía Española de Comercialización de Aceite SA), un instrumento creado por los productores hace más de una década para intentar contrarrestar el dominio en los mercados de los grandes grupos de distribución. Poco después de su creación quedó en suspenso tras la denuncia del Tribunal de la Competencia. Tras un largo pleito de ocho años, el Supremo les dio la razón en 2010 y ahora emerge de nuevo como un operador más en el mercado oleícola.