¿Dónde estaba el voto oculto?
El voto oculto es aquel que los ciudadanos no quieren manifestar cuando son preguntados por los encuestadores. Les dicen que no saben a quién votar o que se van a abstener, pero mienten.
Tiempo atrás, cuando a todo el mundo le gustaba decir que era progresista, el voto oculto tapaba a un simpatizante del PP. Durante otra época más reciente esa actitud era atribuible al votante socialista, que se avergonzaba de mantener la fidelidad pese a los escándalos que acompañaron al PSOE a lo largo de los últimos decenios.
Durante esta campaña, en la sede central del PP han soñado que estábamos en los inicios de la democracia, cuando había electorales que preferían no definirse como conservadores. En consecuencia, querían interpretar que el elevado porcentaje de indecisos y de abstencionistas era una cortina de humo de sus electores potenciales.
En la mismísima jornada de reflexión del sábado pasado dos conocidos periodistas alineados con el PP, Eduardo Inda y Antonio Martín Beaumont, participaban en el programa de debate político de más difusión en el país, La Sexta Noche. Ambos justificaron con entusiasmo que Esperanza Aguirre concurriera a la alcaldía de Madrid sin programa electoral. «Todo el mundo la conoce y sabe lo que ha hecho al frente de la comunidad», defendieron los dos con absoluto desparpajo. Era el descaro de quien presume de sus opiniones políticas, por impresentables que parezcan, sin necesidad de argumentos. Ya no da vergüenza votar al PP.
El voto oculto no estaba ahí. Ni tampoco detrás del PSC o de ERC, como ambos pretendían cada vez que les sacudían las encuestas.
El voto oculto es la diferencia entre la abstención promedio del país y la que apuntan las encuestas cuando éstas la superan. La mayor parte de los partidos, en especial el PP, han querido creerse las encuestas en este aspecto. Pero precisamente ése ha sido el punto donde más se han equivocado los sondeos en estas elecciones, porque la media de la abstención de los últimos 16 años ha sido algo menos del 34% y, sin embargo, ayer fue del 35% en toda España; y del 41,5% en Cataluña. Sencillamente, no había voto oculto. La gente que insinuaba que no votaría no ha votado.