El agujero del FROB que vamos a pagar todos
El FROB, la entidad creada, mediante Real Decreto-Ley el 26 de junio de 2009, por el Gobierno y controlada por el Banco de España para gestionar la reestructuración del sistema financiero español, en la ultima publicación de sus Cuentas Anuales, muestra una situación patrimonial de quiebra técnica.
El FROB no posee recursos propios suficientes para absorber las pérdidas registradas en el ejercicio, que ascienden, nada más y nada menos, que a 26.060 millones de euros. Este agujero se debe al reconocimiento de unas provisiones por deterioro de activos de 25.213 millones de euros y una dotación por provisiones de 688 millones de euros. Con unos ingresos de 358 millones de euros, no hay suficiente ni para cubrir los gastos financieros, que ascendieron a 500 millones.
El FROB se ha convertido en el accionista mayoritario de los bancos nacionalizados (a estas alturas aun no he visto a ningún consejero de la dirección de algunas cajas en la cárcel) y posee el 45 por ciento del SAREB, esa entidad que sólo ha contribuido a desestabilizar aún más el mercado de la vivienda en España, y a la que Bruselas le tira abajo, una y otra vez, sus planes directores de operaciones por estar mal confeccionados, por ser ineficientes e ineficaces para el propósito por el cual se creó este organismo, mal gestionado y mal planificado desde su comienzo.
Al final somos los contribuyentes, una vez más, los que ponemos el dinero para salvar a entidades financieras que, en algunos casos, no quieren saber nada de dar créditos a familias y empresas (y ahí están los datos del Banco de España para contrastarlo). A fin de cuentas, vamos a ser los que paguemos su rescate.
Masoquismo en estado puro el nuestro, sin duda, acompañado de la ineptitud de personas no profesionales en la materia, que están al frente de organismos por puro compadreo político. Su pésima y nula gestión la tenemos que pagar todos los ciudadanos. Una y otra vez.
Pero para quiebras la de las comunidades autónomas de Andalucía y Cataluña. Cáritas nos dice, que un tercio de los andaluces está por debajo del umbral de la pobreza en una comunidad donde el paro se sitúa en un 35,8 por ciento y en una administración autonómica donde la mayoría de empleados públicos están vinculados a los sindicatos o al Partido Socialista.
Y aquí entramos de lleno, en el oscuro campo de los asesores, la mayoría de ellos (no todos, pero si una buena parte) inútiles y fracasados profesionalmente que, con su dignidad perdida y sin escrúpulos de ningún tipo, venden un falsa ideología y una falsa experiencia y saber -que ni tienen ni han tenido-. Todo ello, en su camino de mendigar una nómina a cuenta de nuestros impuestos directa o indirectamente.
Aunque hay que decir que estos elementos que solo me producen rechazo, figuran en todas las administraciones de todos los colores, tanto a nivel estatal, autonómico y local. Por lo que mi conclusión es cristalina: para cuando la ‘meritocracia’ en sustitución de la ‘dedocracia’. Pues cuanto antes mejor, porque los ciudadanos ya no estamos por alimentar garrapatas ni abrazafarolas.