El blanqueo imposible de Pedro Sánchez   

Pedro Sánchez no solo ha mentido –engañado, si lo prefieren- a los españoles, sino que también miente/ se engaña a sí mismo

Durante la precampaña y la campaña electorales, Pedro Sánchez intenta blanquear su imagen de político mentiroso. “¿Por qué nos ha mentido tanto a los españoles?”, le espetó Carlos Alsina en una entrevista radiofónica. La respuesta del político: no se trata de mentiras, sino de “cambios de posición política”. Hay que tener cuajo para contestar así.

A tenor de la respuesta a la pregunta del periodista, se podría concluir que Pedro Sánchez no solo ha mentido –engañado, si lo prefieren- a los españoles, sino que también miente/ se engaña a sí mismo. Tiene mérito. Y a quien pregunte a qué obedece todo ello, se le podría decir que responde a la necesidad de mentir para volver a mentir –otro cambio de posición política- si sigue presidiendo el Gobierno.  

España en el ‘Misery index‘  

La lectura del trabajo de John de Zulueta (España fallida, 2023) conduce a la conclusión de que el blanqueo de Pedro Sánchez es imposible.  

La herencia de Pedro Sánchez: un presidente que supedita el interés nacional a la propia supervivencia política, que abusa del Real Decreto Ley, que tiene la mala costumbre de no escuchar ni negociar con los interesados, que divide España en clases sociales entre las cuales destacan las ricas –“sanguijuelas”, dice el autor- que chupan la sangre a las clases medias y los trabajadores, que consigue que España sea el último país de la Unión Europea en recuperarse de la crisis del Covid, que tiene el mérito de situar a España en el Misery index que se calcula sumando la tasa de paro con la tasa de inflación anual, que pone trabas -fiscales y laborales: escasa flexibilidad- a la inversión extranjera, que está obsesionado con un aumento del salario mínimo interprofesional que reduce la contratación de nuevos trabajadores, que se empeña en convertir los contratos temporales en fijos vía la categoría tramposa de fijos discontinuos, que muestra un escaso interés por la reforma de la Administración.  

La democratura de Pedro Sánchez 

A todo ello habría que añadir –entre otros asuntos- la mala gestión de la pandemia, los pactos con ERC y Bildu sin olvidar la coalición gubernamental con Unidas Podemos, los indultos de los sediciosos, la derogación del tipo penal de sedición, la reducción de penas del tipo penal de malversación, los malabarismos políticos de parte en el poder judicial o las concesiones a Marrueco. Por eso, John de Zulueta habla de la “democratura” del gobierno de Pedro Sánchez.  La democratura o una síntesis de formas democráticas y autoritarias.  

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/ Mariscal

La ineptocracia de Pedro Sánchez    

A la democratura hay añadir la “ineptocracia” del gobierno de Pedro Sánchez incapaz de detener a tiempo la sangría de presos liberados/rebajados de pena del “sólo sí es sí”, incapaz de plantear reformas en profundidad, incapaz de imponer la transparencia institucional, incapaz de crear un sistema integrado de investigación pública y privada, incapaz de invertir e implementar –también modernizar- la telemedicina, incapaz de preocuparse por el declive del sector industrial, incapaz de liderar un cambio industrial, incapaz de apostar sin remilgos por la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la tecnología 5G, el blockchain y el Internet of things  así como incapaz de dar el pleno apoyo económico a la inversión en el proyecto Quantum Spain de computación cuántica.   

Eso es lo que queremos para España         

Señala John de Zulueta que una reciente encuesta del Círculo de Empresarios, realizada a miembros de distintas organizaciones empresariales, arrojó los siguientes resultados: “los principales obstáculos a la competitividad en España los lidera la carga regulatoria (77,7 por ciento), la calidad institucional (73,5 por ciento) y la seguridad jurídica (72,6 por ciento)”.

«La desconfianza en las instituciones se acentúa con la llegada al poder de Pedro Sánchez»

A lo que hay que añadir que “el 95 por ciento de los encuestados considera insuficiente el uso de los recursos públicos en España”. O lo que es lo mismo, no se confía en las instituciones. Una desconfianza –advierte John de Zulueta- que se acentúa con la llegada al poder de un Pedro Sánchez que se caracteriza por la “mezcla de socialismo y una versión del comunismo que ha perjudicado aún más la credibilidad institucional de España”.  

Nuestro autor concluye con una advertencia de Víctor Lapuente –catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Gotemburgo y colaborador del Círculo de Empresarios- a tener en cuenta: “con la vista puesta en los países avanzados de nuestro entorno, como los países nórdicos, veremos que las sociedades europeas más prósperas y con democracias más avanzadas se caracterizan por tener unas instituciones eficientes, pero politizadas, transparentes y meritocráticas. Eso es lo que queremos para España”. Así las cosas, es imposible blanquear la imagen y obra de Pedro Sánchez.          

Llegan las urnas         

Sabiamente, John de Zuluaga encabeza el último capítulo de su libro con la siguiente cita del Julio César de William Shakespeare: “En las cosas humanas hay una marea. Si se coge en la pleamar, conduce a la fortuna; para quien la deja pasar, el viaje de la vida se pierde en escollos y desdichas”. Llegan las urnas.