El embat de Elsa Artadi

Cuando Aragonès apoye a Sánchez en las generales y no haya conseguido el referéndum, Junts hará una tregua en su guerra interna y se unirá para destrozar a Aragonés en una elecciones anticipadas. Ese era el plan de Elsa Artadi

Embat es la palabra de moda. En el procesismo todo se tuerce y se manipula y con esta palabra no podía ser menos. En el pleno de investidura de Aragonés como presidente de la Generalitat tanto ERC, como Junts y su organización juvenil, la CUP, han hablado de “mantener un embat democrático con el Estado”.

Embat significa golpe de ola contra las rocas o un barco. Es sabido que cuando una ola llega a la roca se hace espuma y luego no sucede nada. Cuando la ola golpea el casco del barco, a lo sumo causa mareo.

El pleno de investidura se ha llenado de retorica: mucho embat y poca concreción práctica. Aragonés asume la presidencia sabiendo que solo controla el 20% del presupuesto pero no el 80% restante dado que Junts vive una guerra abierta por los nombramientos de su Vicepresidencia y las otras seis consejerías. El gobierno que tome posesión la próxima semana es como una matrioska rusa, cada consejería será un mundo en si mismo.

Pere Aragones se sitúa al frente de un gobierno cubo de Rubik donde ha de consensuar con Junqueras

Lo de Aragonés no es una coalición a dos entre ERC y Junts, ni siquiera a tres, con la CUP apoyando desde el Parlament. Pere Aragones se sitúa al frente de un gobierno cubo de Rubik donde ha de consensuar con Junqueras, que ha asistido a la sesión del Parlament para dejar claro quien manda en ERC.

Aragones también tiene que ceder frente a la CUP que exigen la disolución exprés de la BRIMO de los Mossos y luego llega lo más complejo que es entenderse con todas las facciones de Junts, entre las que está la de Jordi Sánchez, la de Puigdemont, la de Torra-Borras, la de los convergentes que aspiran a reconstruir los puentes con el PDECAT y alguna más.

El gobierno pachtwork de Aragonés le hará vivir en un sinvivir y en un “qui dia passa any empeny”. Los problemas de Aragonés son muchos: no puede nombrar a sus consejeros dado que unos los pone Junqueras y los otros no se sabe quién en Junts. No puede liderar ninguna negociación en Madrid porque Junts lo que busca es la ruptura. No podrá aprobar un presupuesto mínimamente coherente porque las carteras económicas, incluidos los fondos europeos, quedan en manos de Junts.

Aragonès, sin incidencia en la política nacional

Con un frente interior ingobernable, el nuevo presidente de la Generalitat no tendrá capacidad alguna de incidencia en política nacional más allá de que sus consejeros no asistan a las reuniones interterritoriales de consejeros autonómicos porque se sientan superiores o distintos. No puede haber mesa de negociación ni acuerdo alguno de ningún otro tipo porque Aragonés no puede garantizar que luego no sea rechazado por su gobierno o por los grupos parlamentarios que le bridan tan precario apoyo.

ERC ha elegido la inestabilidad, el turnismo con Junts, el aislamiento y la irrelevancia. Todo a cambio de la presidencia

ERC ha elegido la inestabilidad, el turnismo con Junts, el aislamiento y la irrelevancia. Todo a cambio de la presidencia. Los dos primeros años de mandato, si se consuman, pondrán a prueba su salud coronaria. Las elecciones municipales de mayo de 2023, a medida que se acerquen tensarán aún más las relaciones entre Aragonés y sus múltiples socios y cuando Junqueras obtenga en indulto, este verano, se verá eclipsado por el líder autodeclarado mártir.

Pere Aragonés, además, ha ligado su suerte y la de Cataluña a Pedro Sánchez como aliado principal de un gobierno en horas bajas tanto en España como en el frente internacional. Justo cuando llegue el examen de media legislatura que la CUP ha impuesto a cambio de votar la investidura, llegarán las elecciones generales y entonces Aragonés tendrá el reto de seguir apoyando a Sánchez y a la vez explicar porque no ha conseguido el referéndum de autodeterminación que prometió en la investidura.

Será en ese momento cuando Junts hará una tregua en su guerra interna y se unirá para destrozar a Aragonés en una elecciones anticipadas. Ese era el plan de Elsa Artadi y ese es el motivo por el que no está en el Gobierno, con Borras inhabilitada y Aragonés fracasado será su oportunidad y, a la espera de la misma, era mejor parapetarse en el Ayuntamiento.