Las elecciones vascas no preocupan a Sánchez 

El blanqueamiento de ETA es fundamental para entender lo que parece va a ser un histórico ascenso de la izquierda abertzale integrada en Bildu

Si alguien cree que los resultados de las próximas elecciones autonómicas vascas pueden poner en peligro la legislatura de Pedro Sánchez, se equivoca. El posible empate técnico entre el PNV y EH-Bildu, y el hecho de que el PSE tenga que decantarse por uno de los dos para gobernar, no va a alterar el estable desequilibrio en que vive la coalición “Frankenstein”. Ninguno va a cortar la rama sobre la que está sentado. Les interesa que Pedro Sánchez siga en la Moncloa porque está demostrado que este presidente es un chollo para los nacionalismos de toda índole, ya sean duros, blandos o semisecos. 

El PNV gobernará con el PSE. Si no alcanzan entre los dos los 38 escaños que da la mayoría absoluta, andarán lo suficientemente cerca como para gobernar en minoría. Y EH-Bildu ejercerá de oposición en el Parlamento vasco, que es lo que mejor sabe hacer. Porque a diferencia del PNV y el PSE, los de Arnaldo Otegi no tienen que dar de comer a una legión de cargos y puestos de confianza colocados desde hace años en la administración.

La fuerza de la izquierda abertzale no reside, como pasa con el PNV, en la tupida red clientelar tejida durante décadas con el apoyo de los socialistas. EH-Bildu sabe que su energía ascendente sale del blanqueamiento de su pasado vinculado a ETA, lo que le permite una creciente aceptación entre una generación de jóvenes vascos educados en el antiespañolismo. 

Por eso EH-Bildu no romperá ninguna baraja si los socialistas vuelven a apoyar al PNV y forman gobierno en Vitoria. No se lo pedirán ni sus bases ni sus cuadros porque no son un partido al uso. La izquierda abertzale es más un movimiento que aglutina sensibilidades variopintas que un equipo de gestión obsesionado con gobernar. Su prioridad ahora es sacar a la calle a los presos de ETA o, en el peor de los casos, mejorar sus condiciones en prisión. Y utilizará para ello tanto la fuerza que le da ser socio preferente del Gobierno de Sánchez como la que le confiere disputar la primacía al PNV.  

Está demostrado que este presidente es un chollo para los nacionalismos de toda índole, ya sean duros, blandos o semisecos

El blanqueamiento de ETA es fundamental para entender lo que parece va a ser un histórico ascenso de la izquierda abertzale integrada en Bildu. Que en Euskadi hay un cambio generacional es evidente. Una amplia masa de jóvenes educados íntegramente en euskera, en un sistema que niega y ahuyenta cualquier identificación de lo vasco con España, dará su papeleta a quienes más han “trabajado” por ahondar en el hecho diferencial del que tan orgullosos se sienten. 

Los impedimentos morales para votar a quienes han asesinado ya han desaparecido. En primer lugar porque muchos de estos jóvenes no conocieron la actividad terrorista; y en segundo, porque si alguno tiene dudas al respecto ya le dejan claro, por tierra, mar y aire, que ETA ya no existe. Y como no puede haber exaltación de lo que no existe, se sacan carteles de apoyo y homenaje a quienes asesinaron en nombre de una organización criminal que, como ya no mata, no existe.

Y así vemos cómo en la Korrika, una manifestación de apoyo al euskera que estos días recorre los pueblos del País Vasco, se vincula sin ningún complejo la promoción de la lengua con expresos y la presencia de fotos y carteles de etarras (sin decir que son lo que al parecer ya no son) pidiendo su salida de la cárcel. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una visita a la planta de Mercedes Vitoria, a 25 de marzo de 2024, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España). Mercedes Vitoria ha dado a conocer hoy las obras de ampliación, rediseño y adecuación de sus instalaciones para producir el vehículo eléctrico a partir de 2026. El evento de presentación ha contado con una visita a la planta de producción y de una amplia representación de la multinacional alemana. 26 MARZO 2024;ÁLAVA;SÁNCHEZ;PLANTA;MERCEDES Iñaki Berasaluce / Europa Press 22/3/2024
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Iñaki Berasaluce / Europa Press

Gracias a la educación recibida durante décadas y al blanqueamiento de ETA, quienes ahora darán su apoyo a EH-Bildu defienden sin pestañear las mismas ideas que defendían quienes mataban. Solo que ahora van revestidas de colores arcoíris, de solidaridad con los pueblos oprimidos y, quién lo diría, de antimilitarismo contrario al uso de las armas. Por lo demás, todos ellos están a favor de la imposición del euskera en la educación y en todos los ámbitos sociales y laborales, aunque su implantación sea menor a la del castellano.

Exigen la salida del País Vasco de todo cuanto representa a España y ambicionan la anexión de Navarra y su euskaldunización por encima de cualquier realidad. Entienden la Constitución española como una cárcel que impide que los vascos desarrollen sus anhelados y siempre frustrados deseos y exigen la celebración de un referéndum aunque no sepan muy bien si quieren ser independientes. 

Al fin y al cabo en una Euskadi independiente libre de ataduras españolas estarían obligados a pactar con un partido de derechas como el PNV. Y eso ya lo podrían hacer el próximo 21 de abril. 

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