Endorsement

«Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo«

Arquímedes

Miquel Roca i Junyent, ponente de la Constitución española, uno de los abogados defensores de la Infanta Cristina, titular de uno de los despachos profesionales más potentes de España, exsecretario general de Convergencia Democrática de Catalunya y otrora adversario de Unió Democrática, ha brindado su apoyo públicamente a Ramon Espadaler, candidato de esta formación, que se presenta por primera vez en solitario a las elecciones catalanas. En EE.UU utilizan el concepto de «endorsement» (podríamos traducirlo como «respaldo», aunque en realidad es algo más cercano al patrocinio en términos de márqueting político) y es una estrategia muy utilizada por los asesores de campaña cuando el candidato es joven o poco conocido. Junto con los PAC’s (Political Action Comittees), plataformas que recaudan fondos para sufragar las campañas, el respaldo de figuras públicas ya consagradas puede inclinar la balanza de votos hacia un candidato, especialmente entre los indecisos.

En este caso, el plus que puede aportar Miquel Roca (y la plataforma ciudadana «Catalans Pel Seny») va mucho más allá del simple «endorsement» a un candidato como Espadaler, que necesita más que nunca todos los apoyos posibles. Roca es sinónimo de una forma de hacer política (el «roquismo» fue incluso una corriente dentro de su partido) que representa todo lo contrario del paso hacia adelante que ha dado Convergencia Democrática de Catalunya en este proceso hacia la independencia. Roca es sinónimo de pacto (no en vano fue uno de los protagonistas de los «Pactos de la Moncloa»), de diálogo, de negociación. En definitiva, con el endorsement, Espadaler obtiene de Miquel Roca una especie de «sello de autenticidad» de la franquicia de CiU. Se convierte en heredero de la llamada «Minoría Catalana» en el Congreso de los Diputados, que siempre colaboró en la gobernabilidad de España (pero sin integrarse en los gabinetes ejecutivos por decisión personal de Jordi Pujol), con UCD, el PSOE y también con el PP.

La apuesta de Mas y Junqueras supone todo lo contrario de lo que siempre ha propugnado Roca, implica la ruptura unilateral con el Estado (con un gobierno al frente que se ha negado a negociar, siempre es justo recordarlo). Roca, y Unió Democrática de Catalunya (partido que fundó, entre otros, su padre, Joan Baptista Roca i Cavall), reivindican el estilo de «toda la vida» de CiU. Confían en que tarde o temprano habrá que volver a sentarse a discutir, creen que llegará el momento de la Política con mayúsculas, que habrá de nuevo un interlocutor al otro lado.

El apoyo de Roca puede parecer una bofetada a su antiguo partido, aunque de nada servirá si Unió no obtiene representación en estas elecciones. Todos se juegan mucho el día 27, pero la formación democristiana se juega más que nadie: su supervivencia como fuerza política bisagra entre unos y otros. No será fácil convencer a los votantes de la necesidad de persistir en el diálogo y el papel de Unió vendrá determinado por el resultado electoral. Ante unas encuestas desfavorables, la campaña electoral y las cartas que les quedan por jugar aparecen como elementos clave para definir lo que ocurrirá con UDC, herederos de Carrasco i Formiguera y ahora, tras el golpecito en la espalda de Miquel Roca, también de CiU, la de «toda la vida».