España avanza hacia el colapso económico

Sin las reformas estructuras que necesita España, existe el riesgo de que el mercado discrimine entre países sanos y países condenados a la quiebra

Si en mayo ya advertimos en estas mismas páginas que España sufriría una de las mayores crisis económicas del mundo, cosa que ya se ha cumplido, ahora podemos afirmar que el país avanza hacia el colapso en caso de que no se adopte un radical cambio de rumbo.

España se ha convertido en el enfermo de Europa y en el estado miembro más problemático de la zona euro. Tanto es así que hasta la propia Angela Merkel muestra ya una preocupación creciente por la dramática situación sanitaria, política y económica que existe a nivel nacional.

Mientras el Gobierno de PSOE y Podemos mantiene su particular discurso triunfalista y hasta saca pecho por el desbocado gasto público que se está produciendo como consecuencia de la crisis del coronavirus y su ya famoso “escudo social”, los datos muestran que la senda actual es insostenible a corto y medio plazo.

De la vacuna a la reactivación del turismo

El PIB se desplomó más de un 22% interanual en el segundo trimestre, pero la ansiada recuperación que casi todo el mundo atisbaba en verano se ha desvanecido conforme la segunda ola ha ido cogiendo velocidad y altura. Como resultado, la economía se contraerá cerca de un 15% en 2020, según las últimas estimaciones realizadas por la consultora Freemarket, la mayor recesión de la historia en tiempos de paz.

Este desplome se traducirá en una tasa de paro real superior al 20%, ya que la extensión de los ERTE y de las prestaciones a autónomos por cese de actividad tan sólo lograrán maquillar temporalmente la brutal destrucción de empleo acontecida durante estos meses.

Es posible que la mejora de los tratamientos disponibles para los enfermos o el surgimiento de una vacuna efectiva contra la covid permita reactivar con fuerza la industria del turismo en 2021, el principal motor de crecimiento que posee España, pero aún así el daño sufrido dejará graves secuelas que urge solventar cuanto antes para evitar el colapso final.

Una necesidad de financiación de 350.000 millones

La clave, en este caso, radica en reequilibrar las cuentas públicas. El aumento del gasto y la caída de los ingresos se plasmarán en un déficit próximo al 14% del PIB a cierre de ejercicio, un agujero de unos 160.000 millones de euros, con una deuda pública que, muy posiblemente, acabe rozando el 120% del PIB, la mayor cifra desde hace algo más de un siglo.

Y lo peor es que esa brecha fiscal continuará en 2021, con un déficit del 7 u 8%, agravando con ello el problema. Hoy por hoy, el Estado se puede financiar con comodidad y a costes ridículamente bajos gracias, en gran medida, al programa de compra de bonos que ha activado el Banco Central Europeo, pero será muy difícil mantener sine die esa barra ilimitada de liquidez sin que los socios más responsables y solventes de Europa levanten la voz contra el rescate incondicional de países despilfarradores como España.

Con unas necesidades de financiación que podrían rondar los 350.000 millones de euros en 2021, según esta misma consultora, y sin las reformas estructurales que necesita España para mejorar su productividad y la creación de empleo, existe el riesgo de que el mercado empiece de nuevo a discriminar entre estados sanos y estados condenados a la quiebra.

Cómo salir de la crisis en dos años

Si al menos hubiera un gobierno dispuesto a reconocer y explicar la gravedad de la situación para, de inmediato, poner en marcha un contundente plan de choque, consiste en reducir gasto, reformar el estado del bienestar y flexibilizar al máximo la economía, la crisis se superaría por completo de aquí a un par de años.

Sin embargo, Pedro Sánchez y su socio Pablo Iglesias van justo en la dirección contraria, de modo que, si nada lo remedia, el destino de España será convertirse en la Argentina de Europa.