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Ferrovial y ley de vivienda: un mal reboot de 1931

Los tertulianos de La Plaza analizan la Ley de la Vivienda y el traslado de sede social de Ferrovial

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Capítulos:

00:00 Introducción

04:50 Aniversario de la II República

19:10 La Ley de la Vivienda

32:00 El adiós de Ferrovial

El día que conmemora la instauración de la Segunda República en España no se lo creen ya ni los partidos más pegados al idilio. Y es que Pedro Sánchez llamó a arrebato para desatascar una ley, la de vivienda, que le permitiera tapar el fracaso del Gobierno al pretender intimidar a los accionistas de Ferrovial (¡menudo revolcón!).

Así que el 14 de abril, en vez de acosar a la monarquía, los partidos que sustentan al Gobierno se dedicaron a inundar el cauce de la opinión pública con las bondades que, a su parecer, incluye el texto.

La ley de vivienda sirve de muestra para constatar dos realidades. La primera es que la izquierda se divide y se odia más cada día que pasa. La única pregunta que resta al respecto tiene que ver con alcanzarán los niveles de tirria que campa sin disimulo en el separatismo catalán, donde cada partido está formado por unas tres personas que no se soportan. Nótese el sarcasmo.

La segunda situación que retrata la ley de vivienda es un clásico: se legisla a golpe de titular sin tener en cuenta el efecto real de las leyes propuestas y sin el consenso necesario que, muchas veces, requieren problemas como solucionar la grave dificultad de accesibilidad a una vivienda digna que padecen miles de españoles.

Ambos aspectos recuerdan al preámbulo de la Segunda República. El contexto es distinto: la democracia es menos imperfecta y el contexto europeo da estabilidad a los sistemas políticos que forman parte de él. Pero una izquierda sectaria, dividida, rencorosa y populista… ¿esto no lo hemos visto antes?

Parece que estamos viendo un mal reboot –no es que haya ninguno bueno, pero, en fin— de 1931.