Financiación para crear empleo

Hablarle hoy a un alto porcentaje de pymes, microempresas o autónomos, de internacionalización, innovación o contratación de nuevos empleados es, simplemente, recordarle todo lo que no pueden realizar por la falta de crédito. Las entidades financieras se dedican a casi todo tipo de menesteres menos al de dar créditos a empresas y familias.

Debo recordar que el 35% de las empresas cesa en su actividad en los dos primeros años, porcentaje que asciende hasta un 65% si ampliamos este plazo a los diez años. Y una buena parte de esta finalización de actividad viene dada por no tener la financiación acorde para mantener su viabilidad economica-empresarial, o acometer nuevos proyectos.

Según el Banco Central Europeo, el 73% de las pymes no pidieron financiación por temor a una negativa, a condiciones excesivamente duras o por la imposibilidad para endeudarse, con lo que la brecha del coste de financiación sigue abierta en la UE, ya que mientras una pyme española paga cerca del 8% de interés medio por un préstamo, una empresa alemana paga menos del 3%.

¿Es esta la Unidad de Mercado económica y financiera que nos venden desde Buselas? ¿O simplemente nos quieren convertir en un país low cost a costa de renunciar a la innovación, productividad y excelencia del producto o servicio comercializado porque lo que le interesa a la Europa del norte es que nos convirtamos en mano de obra barata?

Las campañas publicitarias de los bancos tienen que trasladarse de unos carteles pegados en las cristaleras de sus oficinas a las cuentas corrientes de empresas y familias. Ya no valen expectativas ficticias y mensajes virtuales de cara a la galería, sino hechos tangibles y constatables.

De una forma directa y contundente les diría a las entidades financieras que dejen de especular con los depósitos en deuda publica y que dediquen sus recursos a financiar a las empresas, para que se genere empleo, y a las familias para recuperar el consumo interno. Sin financiación no hay empresas y sin empresas no hay empleo.

Y en esta tesitura nos encontramos con que el 71,3% de la población joven desempleada de menos de 30 años tiene algún tipo de experiencia laboral previa, pero el 28,7% restante aún están en la búsqueda de su primer empleo. Es decir, uno de cada cuatro jóvenes menor de 30 años jamás ha tenido la oportunidad de trabajar, con lo que su nivel de frustración es enorme.

Estos son los datos de nuestro presente, y si no queremos que sigan siéndolo en el futuro inmediato, se debe actuar para involucionar una situación financiera insostenible para el sector privado , pero no así para las administraciones públicas, que son las que copan casi toda la financiación existente en el mercado, contribuyendo aun más a la prolongación de la sequía crediticia.