Indultos inmediatos, objetivos a largo plazo

Tanto Perdro Sánchez como Oriol Junqueras tienen objetivos a largo plazo. Los del líder de ERC son de mayor enjundia: conseguir la independencia. Los de Sánchez más terrenales: asegurarse el poder hasta 2023 y más allá

Tanto Perdro Sánchez como Oriol Junqueras tienen objetivos a largo plazo. Los del líder de ERC son de mayor enjundia: conseguir la independencia. Los de Sánchez más terrenales: asegurarse el poder hasta 2023 y más allá.

Junqueras escribe una carta de no contricción en el momento en el que Sánchez, acorralado, más lo necesita, y crea el contexto político perfecto para justificar su salida de la cárcel y sentarse a una mesa de negociación que cuando fracase le permitirá decir ‘lo intenté, pero con España no hay nada que hacer, no tenemos más remedio que declarar la independencia’.

Es a lo que hoy Junqueras llama ampliar la base y ayer Pujol resumía en ‘hoy paciencia, mañana independencia’. El independentismo es incompetente en la gestión y la cotidianedad pero infalible en el relato y la creación de climax.

El independentismo es incompetente en la gestión y la cotidianedad pero infalible en el relato y la creación de climax

A Sánchez, un hombre con la misma ambición personal que Junqueras, pero con objetivos políticos menos absolutos, la necesidad de ganar tiempo de Junqueras le viene como anillo al dedo porque tiempo es precisamente lo que él quiere: tiempo en Moncloa, tiempo para preparar las elecciones y tiempo para intentar ganarlas de nuevo. 

En definitiva el movimiento de ERC es de profundidad y previsto, el de Pedro Sánchez coyunturalista. Sánchez participa en un juego muy peligroso en el que se debilita el estado de derecho y se impone el mensaje donde los culpables se vuelven víctimas y las víctimas culpables por no haber sido colaboradores activos de todo lo sucedido en Cataluña en otoño de 2017.  

Junqueras y Sánchez son un matrimonio de conveniencia de esos con nada de amor pero mucho de necesidad. En ERC necesitan a Sánchez cediendo para acabar con Junts. La primera estación de Junqueras no es la independencia sino arrinconar a Puigdemont y su partido.

«El movimiento de ERC es de profundidad y previsto, el de Pedro Sánchez coyunturalista»

La carta de Junqueras es una excusa que no solo le sacará a él de la cárcel sino que también indultará a políticos de Junts como Rull, Turull y Forn. Cuando Junts se debilite en ERC podrán lucir el trofeo de una nueva derrota del Estado.

Cuando ERC no tenga rival en su campo y el PSC sea su acolito a cambio de sostener a Sánchez en Moncloa el camino a la independencia estará más desbrozado, la estrategia de Junqueras es como la del profesor chiflado, prueba error hasta acertar la fórmula.

Desde ahora hasta las elecciones generales de 2023 y después con el fin de conseguir la investidura Sánchez insinuará a Junqueras a media luz y en voz baja que es posible pactar la celebración de algún tipo de  referéndum tal como ya ha dicho Illa hace pocos días.

2024: el año en el que Junqueras podrá volver a pedir la independencia

En enero de 2024 Junqueras habrán obtenido lo que quieren: el otro el contexto político y social adecuado para volver a intentar la separación y además podrá intentarlo con una justicia debilitada y un código penal reformado, lo que le envalentonará dado que ya no temerá pasar de nuevo por la penitenciaría. 

En este juego de mentiras y engaños Sánchez tiene más a perder que Junqueras por que el republicano cuando tenga el ambiente propicio para “volverlo a hacer” puede tener la tentación de dejarle caer porque al independentismo siempre le va mejor con el PP en el gobierno.

Pedro Sánchez obtuvo la presidencia, pronto hará tres años, por una traición del PNV a Rajoy horas después de jurarse amor eterno en el tribuna del congreso tras el voto favorable de los nacionalistas vascos al presupuesto de Montoro, esa experiencia debería servirle al actual líder del PSOE para resguardarse pero no puede, solo la suma de Podemos, o lo que quede de ellos en 2023, y ERC además de otras microformaciones le permitirán intentar conservar el poder.

Sánchez ha quemado sus naves entregándose a Junqueras, ahora solo puede sobrevivir por la magnaminidad de este. Seguramente a eso se refería al citar esa palabra durante su visita a Buenos Aires.