Josep-María Farré está de vuelta
Decía esta semana Juan Roig, en la presentación de resultados obtenidos por Mercadona en 2012, que descartaba salir al exterior porque no quería que “le pasase como a los cruzados, que salían a combatir y al regresar a su país se lo encontraban desecho”.
Así es, más o menos, cómo se ha encontrado el panorama el que fuera consejero delegado de Renta Corporación, Josep-María Farré, en su regreso –aunque nunca se fue del todo– a la actividad en España. Con unos precios de derribo que hay que saber aprovechar. El mejor momento, sin duda, para, si se cuenta con respaldo financiero, obtener beneficios a medio plazo.
Han sido seis años desde que dejara Renta, tras poner al día a César Bardají, en los que Farré Viader ha estado haciendo por media Europa lo que mejor sabe hacer, rotar activos para obtener beneficios con la compraventa de inmuebles, sobre todo hoteles. Viena, Hungría, Lisboa y Gran Bretaña han sido testigos de algunas de estas operaciones.
Y ahora ya ha dado los primeros pasos para implantar de nuevo en España el modelo de negocio que, con tan buenos resultados, aplicó en sus seis años de estancia en Renta Corporación.
Primero como director general y después como consejero delegado, Farré se granjeó la total confianza de Luis Hernández de Cabanyes a principios de la pasada década, cuando la empresa pasó de comprar y vender propiedades locales a convertirse en empresa puntera en la transformación de edificios y suelo, tanto en España como en París, Londres, Berlín o Nueva York. En 2004 cambió la denominación, de Renta Antigua a Renta Corporación, y en 2006 empezó a cotizar en bolsa.
Ya por su cuenta, a través de la sociedad KKH Capital and Property Europe –ahora emplazada en la calle Muntaner tras el cambio de denominación realizado hace un año, dejando atrás a Bardsey Star–, Farré y Jordi Bono, su mano derecha, junto a otros antiguos colaboradores, como Miriam Barahona –a la que acaba de rescatar del Ayuntamiento de Badalona para nombrarla directora de Organización de KKH– se han puesto manos a la obra. En las últimas cuentas, correspondientes al ejercicio 2011, KKH presentó inicialmente unas pérdidas de 1,4 millones, posteriormente rectificadas, por un error de transcripción mecanográfico, arrojando unos beneficios de 5.315 euros.
La denominación KKH no es nueva para Farré. En mayo de 2010, estando residiendo en Ginebra, constituyó en Luxemburgo la sociedad KKH Capital S.à r.l. con un capital de 35.000 euros, en la que Jordi Bono figura como uno de los administradores.
De momento, ya ha comprometido cerca de 100 millones de euros para rehabilitar y poner en valor, antes de su venta, los cinco inmuebles adquiridos en Barcelona desde el pasado otoño. Unos destinados al mercado ‘low cost’, como los de las calles Balmes y Provenza, cuya gestión ha cedido a dos cadenas españolas, y otros, como la sede de Agrupació AMCI (antes Agrupació Mutua), en Gran Via de les Corts Catalanes, destinada al hotel de cinco estrellas que está diseñando el arquitecto Carlos Ferrater. Si hay financiación, el objetivo pasa por ampliar la cartera con dos o tres inmuebles cada año, tanto en Barcelona como en Madrid.
De la noche a la mañana, la reactivación del mercado hotelero de inversión parece haber entrado en una dinámica positiva. Tanto en Barcelona como Madrid, las operaciones se suceden, apoyadas, sobre todo en el caso de la Ciudad Condal, por unos buenos resultados operativos, con ese aumento del 7,6% del ratio de ingresos por habitación disponible (RevPar) registrado en 2012.
En la capital, donde la debilidad de la demanda se acusa más, esta misma semana se presentaba, con el pleno respaldo de Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, la remodelación de la ‘manzana de Canalejas’. Un proyecto en el que Juan Miguel Villar Mir, presidente del Grupo OHL, se va a dejar 500 millones de euros para, entre otros usos, abrir el primer hotel en España de la cadena Four Seasons, propiedad del presidente de Microsoft, Bill Gates, y del príncipe saudí Alwaleed Bin Talal Alsaud.