La EPA dibuja un futuro equívoco

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre demuestra que continúa la recuperación del mercado laboral, a pesar de que los datos de afiliación a la Seguridad Social apuntaban que los resultados podrían haber sido aún mejores y que la valoración ofrece algunas matizaciones, si se hace tomando datos de los últimos doce meses o de variaciones trimestrales, ajustada la estacionalidad.

Si el análisis se realiza marzo de 2015–marzo 2014, la EPA nos dice que la creación de empleo ha sido de 504.000 personas, lo que representa un aumento del 3%, lo que supera al crecimiento estimado para el PIB (2,6%). El número de parados bajó en 464.000, un ritmo de caída intenso (el 8,2%) que, además, implica cierta subida de la población activa, rompiendo la tendencia descendente que mantenía desde 2012. Así pues, estos datos reflejan una intensa creación de empleo y un cambio en la dinámica de la población activa acorde con el ciclo de recuperación.

Los datos trimestrales, sin embargo, ofrecen una visión algo más matizada de la marcha del mercado laboral, al señalar que el número de ocupados aumentó en un 0,4% desde enero, lo que implica una ralentización en el ritmo de creación de empleo con respecto al 0,8% computado en el último trimestre de 2014. El paro, por su parte, bajó en un 2,5% trimestral, produciéndose una cierta caída de la población activa respecto al trimestre anterior.

La moderación que apunta este análisis trimestral resulta contradictoria con muchos otros indicadores del primer trimestre del año en referencia a la recuperación económica: la aceleración de la afiliación a la Seguridad Social (1%) señala una creación de empleo que duplica a la que ha reflejado la EPA y los datos, por el lado de la demanda, muestran un repunte del consumo privado, del consumo público y de la inversión en la construcción.

En suma, es muy probable que el crecimiento del PIB haya repuntado en estos tres primeros meses del año a pesar de la señal de moderación que ofrece el perfil trimestral de los ocupados.

La tasa de paro se ha situado en el 23,8%, dato que sube una décima respecto al trimestre anterior (23,7%) porque no está desestacionalizado, ya que de haberse hecho, mostraría una caída de seis décimas.

La evolución de los ocupados, según el tipo de contrato, señala una progresiva mejora de la calidad del empleo: aunque se mantiene un mayor crecimiento de los contratos temporales y a tiempo parcial (5,2% y 3,2% interanual, respectivamente), también se recupera la contratación indefinida a tiempo completo (2,5% interanual). Este tipo de contratación supuso casi la mitad del empleo asalariado creado en el primer trimestre.

Los analistas de referencia apuntan que la descomposición por sectores de actividad, sugiere que la tendencia en el ritmo de creación de empleo, probablemente sea inferior al que actualmente se está registrando y más próximo al 2,5% que al 3% del primer trimestre.

La construcción y la industria, especialmente la primera, registran tasas de aumento del empleo extraordinarias (13% y 6%, respectivamente), que en parte se debe a los bajos niveles de partida y en parte a que quizás el ajuste en la construcción y sectores relacionados fue excesivo.

El empleo en la administración pública aumenta a una tasa del 2,8%, ritmo que es difícilmente compatible con los objetivos de consolidación fiscal a medio plazo.

El crecimiento del empleo en el sector de servicios, que empezó antes el ciclo de recuperación, está dando muestras de cansancio y tiende hacia un alza del 2,5%.

Para el resto del año, los analistas apuntan que la creación de empleo será intensa, y aunque las tasas de subida podrían contenerse, resulta factible que la tasa de paro termine el año por debajo del 21%.