La inestabilidad estratégica que viene

El emergente mundo multipolar no significará el declive de Occidente y la coalición que lideran los EE.UU., pero sí implicará un mundo estratégicamente muy inestable e inseguro

Las escenas del caos en Kabul no deben hacernos perder la perspectiva de las grandes tendencias. La coalición de China y Rusia es probable que vaya entrando progresivamente en un estancamiento en su crecimiento económico y modernización militar.

Por su parte, la coalición de estados que lidera los EE.UU. (Europa, Japón, Australia, Canadá, Taiwán, etc) después de muchos años de una ingenua confianza en que China y Rusia terminarían convirtiéndose en países abiertos y democráticos, está iniciando maniobras que, probablemente, terminarán por contener el desafío que estas grandes potencias plantean al mundo occidental. 

Los EE.UU. están preparándose para una nueva revolución en los asuntos militares que garantizaría su primacía militar para las próximas décadas. El Pentágono está preparando un cambio en las fuerzas militares que dejará obsoletos los ejércitos y equipos que Rusia y China están desplegando en estos momentos. 

La coalición de China y Rusia puede entrar en un estancamiento en su crecimiento económico y modernización militar

Las nuevas teorías de guerra estadounidenses se materializarán en el desplegue de enjambres de drones que, empleando nuevas estrategias y doctrinas de empleo, harán que los carros de combate y portaaviones que están adquiriendo rusos y chinos sean destruidos con relativa facilidad. 

Estas nuevas teorías, denominadas «guerras mosaico» y «operaciones multidominio», están comenzando a implementarse y aún no son visibles para el gran público, pero en los próximos años transformarán de manera revolucionaria la conducción de la guerra, garantizando la superioridad de la tecnología y poder militar de Occidente.

La retirada de Afganistán ya estaba planeada desde hace unos años, para que el Pentágono pudiera dedicar a la modernización militar los aproximadamente 20.000 millones de dólares que costaba esa guerra inútil cada año. 

Refugiados afganos en el aeropuerto de Kabul

Europa se suma al esfuerzo estadounidense de contener el ascenso chino enviando importantes flotas de combate a Extremo Oriente. Francia ha desplegado el grupo de combate de su portaaviones Charles De Gaulle en Asia en varias ocasiones. El nuevo portaaviones británico Queen Elizabeth, en su travesía inaugural de 2021, también tuvo por objetivo patrullar el Índico y el Pacífico. 

En el plano económico, la Unión Europea ya contempla a China como un rival sistémico y está bloqueando la depredadora estrategia industrial de China, que consistía en adquirir empresas tecnológicas clave europeas para esquilmar sus conocimientos, que serían trasplantados a suelo chino.

El caso de la empresa alemana de robots Kuka alarmó y puso en guardia a muchos políticos europeos, que desde entonces se sumaron a la política estadounidense de bloquear compras de empresas tecnológicas clave por parte de China. 

La UE ya contempla a China como un rival sistémico y está bloqueando la depredadora estrategia industrial de China

Los efectos de limitar la adquisición de empresas clave han tenido un efecto devastador en los objetivos de los planes industriales estratégicos de China. Estos planes pretendían conseguir que China se convirtiera en el polo central del capitalismo mundial, pero después de muchas docenas de miles de millones de dólares gastados, los resultados obtenidos han sido bastante pobres.

Por ejemplo, hace pocos años China pretendía desarrollar una gran industria nacional en la producción de aviones comerciales que compitiera y superase a Airbus y Boeing. Sin embargo, un bloqueo a la exportación de componentes y tecnología por parte estadounidense, provocó un aborto industrial a pesar de haber invertido una gran cantidad de dinero. 

El caso de Huawei y los planes chinos para convertirse en el centro mundial de la industria de microprocesadores, es también paradigmático. China pretendía ser autosuficiente en la producción de microprocesadores de última generación, desde la fase de diseño a la de ensamblaje. Sin embargo, desde Europa y EE.UU. se bloquearon la compra de empresas tecnológicas clave.  

Visitantes en la sección Huawei de la Exhibición de Tecnología de la Información del Golfo (GITEX). EFE/EPA/ALI HAIDER

A su vez, los EE.UU. prohibieron que empresas asiáticas de fabricación de microprecesadores vendieran sus productos si tenían un alto contenido de diseños y patentes estadounidenses. Los EE.UU. tienen deslocalizada la fabricación en empresas asiáticas, pero el diseño es hegemonía estadounidense, por lo que Huawei ha sido incapaz de obtener componentes clave, sin poder comprar productos similares a fabricantes locales chinos.

El embargo de la empresa holandesa ASML, que produce máquinas de litografía ultravioleta, esenciales para las fábricas de microprocesadores, es otra medida de gran importancia que está abortando los planes industriales estratégicos chinos. 

A las restricciones industriales occidentales, una política comercial agresiva contra China va cobrando forma. En Washington se está medrando una nueva ronda de sanciones. 

A las restricciones industriales occidentales, una política comercial agresiva contra China va cobrando forma

En Europa, los esfuerzos ecológicos para descarbonizar la economía se traducirán en aranceles de carbono que podrían afectar gravemente a muchos bienes fabricados en China, ya que parece que se tendrán en cuenta todos los costos de carbono implícitos y no solo los explícitos. Otras medidas industriales para aumentar la resiliencia de las cadenas de producción auguran una relocalización industrial parcial al mundo occidental.

China necesitaba culminar con éxito esos planes industriales para intentar escapar a la trampa de los ingresos medios, en los que muchos países en vías de desarrollo terminan estancándose. Escapar a dicha trampa era necesario para los dirigentes chinos en un triple sentido.

Primero, permitiría incrementar los estándares de vida de la población china, para de ese modo evitar inestabilidades y revueltas internas en caso de que el crecimiento económico se estancase. En segundo lugar, escapar de la trampa de los ingresos medios, permitiría que China lograse la hegemonía económica mundial, combinar una población muy numerosa y una alta renta per cápita. Por último, la hegemonía económica tendría el subsiguiente efecto de alcanzar la hegemonía militar. 

Los líderes del sudeste asiático del bloque de 10 naciones comienzan su cumbre virtual de la ASEAN. EFE

Las maniobras de Occidente y las democracias asiáticas (Japón, Corea del Sur, Taiwán), han roto esa espiral ascendente con la que soñaba Xi Jinping en Pekín. Ha de tenerse en cuenta que, según estimaciones solventes ,como las del Instituto Brookings, desde la crisis de 2008 el crecimiento real chino ha sido inferior al oficial.

El PIB real chino en 2016 sería un 12% inferior al oficial. La productividad total de los factores en China, según estimaciones del Banco Mundial, rondaría al 0,7% entre 2009-2018, después de haber crecido el 2,8% en la década anterior.  Según algunos observadores, la productividad incluso podría ser negativa de incluirse cifras de PIB real y las amortizaciones de gasto en inversión improductiva (ciudades fantasmas, exceso de capacidad de infraestructuras y fábricas, etc.

Los ingresos fiscales están aumentando a niveles bajos, mientras se mantiene el gasto público, incurriendo en déficits fiscales que no eran habituales en China. El PIB estaría aumentando por incrementos en el gasto y la inversión, pero podrían ser aumentos de PIB como el español antes de que estallase la burbuja inmobiliaria.

A ello, habría que añadir que China en los próximos años entrará en declive demográfico e irá perdiendo fuerza laboral. Con una productividad estancada, sin poder crear industrias para escapar a la trampa de ingresos medios y con una población en declive, es probable que China no pueda superar a los EE.UU. y la coalición de estados que lidera.

China en los próximos años entrará en declive demográfico e irá perdiendo fuerza laboral

La población de EE.UU. seguirá aumentando y su productividad seguirá siendo muy elevada. Rusia entrará también en un fuerte declive demográfico y también encara graves problemas económicos. 

Por su parte, el liderazgo chino parece que se está preparando para ese escenario de estancamiento y no sobrepasar a EE.UU. y Occidente. Los líderes ya hablan de un crecimiento moderado que sea suficientemente bueno y están tomando medidas de represión y control interno muy duras, anticipándose a futuros movimientos de protesta que podrían surgir con un menor crecimiento económico. 

No obstante, el estancamiento de la coalición chino-rusa no son buenas noticias para la estabilidad estratégica mundial. La literatura canónica de estudios estratégicos, indica que los sistemas internacionales cuyas potencias desafían al hegemón se estancan económicamente y tienden a transformar el desafío de la competencia económica en beligerancia militar. 

Es decir, la multipolaridad no significará el declive de Occidente y la coalición que lideran los EE.UU., pero sí implicará un mundo estratégicamente muy inestable e inseguro, con posibles estallidos de hostilidades militares puntuales entre las grandes potencias.