La izquierda alternativa no cumple expectativas en el plebiscito

A pesar de que el resultado de las elecciones catalanas habrá que analizarlo con perspectiva dentro de unos días, podemos hacer una reflexión de urgencia.

En primer lugar hay que decir que Junts pel Sí, la coalición de CDC, ERC, las entidades soberanistas y otros agregados, ha ganado los comicios de forma clara. A pesar de ello, la coalición tiene menos diputados de los que obtuvo en 2012 y no ha conseguido un resultado mayoritario en votos. La posibilidad de que Mas sea de nuevo presidente todavía no está clara y dependerá de la posición que adopte la CUP.

Ciudadanos ha conseguido sin duda un gran resultado y es el ganador moral de las elecciones, al conseguir 25 escaños. Se presenta como la alternativa catalana al independentismo con un discurso frentista.

El PSC, a pesar de las dificultades, consigue un resultado aceptable que consolida a Miquel Iceta como dirigente de los socialistas catalanes.

El PP recibe un importante revés electoral y queda como quinta fuerza electoral. Paga tanto su política contra Cataluña como su política social.

La CUP obtiene un muy buen resultado electoral y recoge votos de varias candidaturas, desde Junts pel Sí, especialmente de ERC, hasta ICV-EUIA. Ahora será pieza clave en el Parlament y se tendrá que mojar con las decisiones a tomar.

Hemos dejado para el final a Catalunya Sí Que Es Pot. No hay duda de que el resultado de la candidatura de la izquierda alternativa no ha cubierto las expectativas, e incluso ha reducido el número de diputados de la pasada legislatura. Y todo, a pesar de mantener el mismo nivel de votos de ICV-EUIA pero con un menor porcentaje debido a la gran participación. Creemos que la candidatura ha cometido algunos errores propios y ha sido afectado por circunstancies ajenas. La coalición no ha podido romper la dinámica plebiscitaria Sí/No con su discurso social y esto los ha perjudicado. Hasta el 27 unos los acusaban de contar para el No y otros de ser soberanistas escondidos. Hoy, al contrario todos se los apuntan como propios, unos dicen que su voto no es No y otros que es Sí a la hora de hacer una lectura plebiscitaria, posición totalmente ajena a la coalición.

Posiblemente, otro error ha sido la sobreexposición y monopolización del discurso por parte de los líderes foráneos de Podemos, dejando en un segundo plano a los candidatos y líderes de Iniciativa. Esto ha provocado dos cosas, la captación de nuevos votantes que antes no lo hacían por ICV-EUiA, y la pérdida de votantes tradicionales de los ecosocialistas, acostumbrados a los líderes propios. En definitiva, se han ganado votos morados y se han perdido rojo y verdes. No hay duda de que deben hacer una reflexión profunda de cara al futuro, tanto en Cataluña como a nivel estatal.

La principal conclusión que se obtiene de estas elecciones es la constatación de una fuerte ruptura interna de una sociedad, como la catalana, durante mucho tiempo cohesionada nacionalmente. El frentismo y conceptos como el de ‘unionista’, hasta ahora ausentes en la vida política catalana, han aparecido, y esto no es positivo. La noche del domingo se recordará por los gritos de «¡Independencia!» por parte de Junts pel Sí, y el de «¡Yo soy español, español!» de la sede de Ciudadanos. Visualiza la ruptura política sobre la cuestión nacional.

Parece claro que en las próximas semanas podremos ver la capacidad de gobernar que demuestra JpS si consigue la necesaria cohesión interna y captar el voto de la CUP para alcanzar la presidencia.

La situación es compleja, llena de peligros, entre ellos que las dos fuerzas principales se lancen a una dinámica de confrontación identitaria y que nuevamente los problemas de la gente queden aparcados. Pero la realidad es que es la ciudadanía la que ha decidido esta situación en laselecciones.

La solución definitiva quizás se verá dentro de unos meses, especialmente después  de las elecciones generales de diciembre.