La letra pequeña de Bruselas
¿Alguien lo dudaba? Puede, pero este que escribe no. Al final, después de muchos amagos e intentos de acuerdo chapuceros y entre bambalinas, sin luz ni taquígrafos (que nos ha costado dinero público y pérdida de tiempo), sale lo que algunos pensábamos y decíamos: Bruselas nos ha dicho nítidamente lo que nos cuesta prestarnos 39.500 millones de euros para reestructurar y refinanciar las entidades financieras nacionalizadas, y en Galicia ese coste se llama que en un plazo máximo de cinco años Novagalicia Banco será vendida (con toda seguridad al Santander o BBVA), y en el peor de los casos liquidada ordenadamente.
Ya no valen lamentaciones como la de los alcaldes que ahora protestan porque se quedan sin oficinas bancarias en sus ayuntamientos, con todo lo que ello conlleva. Esto me recuerda cuando en un foro, hace algo más de dos años, dejaba entrever esta posibilidad y observaba caras de incredulidad. Una vez más, el tiempo me da la razón, pero el daño ya esta hecho. Puede que la entidad compradora se quede con la marca cara al público como herramienta de marketing (tenemos el ejemplo en la absorción del Banco Pastor por el Popular) pero sólo se quedara en eso.
Desde Bruselas ven nuestros problemas con objetividad y frialdad, analizando fortalezas y debilidades, y en consonancia actúan, y aunque no nos guste, han actuado de la forma correcta, ya que nuestros planteamientos solo han contribuido a dilatar los problemas en el tiempo sin atacarlos de raíz. Esto supone una pérdida enorme de puestos de trabajo y el cierre de buen número de oficinas, que van a dejar desatendido el día a día de muchos gallegos y, a la postre, va a contribuir negativamente al empobrecimiento y desarraigo en buena parte de los ayuntamientos de nuestra Galicia. Pero dicho esto, ¿es que hemos hecho algo para intentar paliar la situación que se nos avecinaba? La respuesta es de nuevo un no que a más de uno debería hacerle replantear su papel como representante nuestro en el Parlamento, Senado o Congreso, sea de la opción política que sea. ¿Alguien pensaba de verdad que Bruselas nos iba dejar un dinero de la misma forma que una buena parte de las cajas y bancos españoles gestionaron sus recursos en los últimos años? Y aquí hay que recordar que debido a esto nuestra deuda estatal subirá un 4%, siendo el responsable de dicho desembolso el Estado, o sea todos.
Y todos deberíamos saber (aunque nos digan como a niños pequeños que esto va a mejor) que el año 2013 se va presentar con una dureza brutal en todos los indicadores económicos y por supuesto en destrucción de empleo, bajada de la facturación y beneficios en las actividades económicas, provocado por una acentuada caída del consumo en productos y servicios, y acompañada de tensiones de liquidez de tesorería en la mayoría de pymes y economías familiares, con el resultado de que se va arrastrar a la clase media de este país a indicadores de pobreza desconocidos para muchos ciudadanos, nos lo digan o no con esta crudeza.
En definitiva, no estamos siendo ni ágiles ni contundentes. Se ha reformado, pero no con la solidez necesaria, ya que comprobamos que lo que se legisla hoy queda invalidado o mutilado a los pocos días, yendo una y otra vez a remolque de los acontecimientos. Así que o espabilamos o ya veremos cuál es el final de esta historia. Hoy aún está el remedio en nuestras manos, mañana no.