La pugna por exportar gas natural a Europa

España goza de una situación única en la UE respecto al gas natural: dispone de más capacidad de almacenamiento de GNL que cualquier otro país de Europa

Uno de los retos a los que tendrá que hacer frente el gobierno de coalición que se forme después de las elecciones generales es cómo fomentar una transición realista a un modelo energético sostenible.

La izquierda en España — y en otros países de la Unión Europea — rechaza las centrales nucleares, la extracción de gas de esquisto y se opone a gasoductos que son imprescindibles para la seguridad energética.

Las energías renovables permiten generar un mayor porcentaje de electricidad en los países que las han fomentado

La UE en su conjunto y todos sus 28 estados miembros son importadores netos de energía. La UE tiene que adquirir de otros países más del 53% de la energía que consumen sus 500 millones de habitantes y sus empresas, una dependencia que aumenta. Unicamente el Reino Unido – que acabará saliendo de la UE – y los Países Bajos poseen reservas de petróleo y gas natural sustanciales en el Mar del Norte.

Las energías renovables permiten generar un mayor porcentaje de electricidad en los países que las han fomentado – Dinamarca, Alemania, España – pero faltan lustros o quizás décadas para que se desarrolle la tecnología necesaria para almacenar y distribuir la energía generada por los molinos de viento y paneles solares.

Ante dicho panorama, el gas natural es la alternativa más limpia, segura y cuantiosa tanto para las centrales eléctricas como para la propulsión de vehículos. Una cuarta parte del consumo bruto de energía de la UE se cubre con gas natural. Pero dos tercios del gas que utiliza la UE son importados y un 25% procede de Rusia.

Entre 2008 y 2017 la producción de gas natural en Estados Unidos aumentó un 53%

España, en cambio, goza de una situación única en la UE respecto al gas natural. No importa gas de Rusia, sino de ocho países, siendo los más importantes Argelia, Catar, Noruega, Nigeria y Perú. España es el mayor importador de Gas Natural Licuado (GNL) de Europa y cuenta con 10 de las 30 plantas de regasificación existentes en el continente.

Además, España dispone de más capacidad de almacenamiento de GNL que cualquier otro país de Europa. Iberdola, Gas Natural Fenosa (Naturgy), Enagás, Repsol, Técnicas Reunidas y Abengoa atesoran décadas de experiencia en diversos continentes almacenando, transportando y distribuyendo gas natural, y regasificando GNL.

Nuestras multinacionales energéticas desde hace décadas han invertido en la construcción de plantas de regasificación de GNL, terminales de descarga y almacenamiento, flotas de buques cisterna que transportan el GNL – un mezcla de metano y otros gases a una temperatura, 160 grados –  y sistemas y redes de distribución de gas a las empresas y particulares.

Además continúan invirtiendo para introducir métodos más eficientes y sostenibles para emplear el gas natural en el sector marítimo, por ejemplo con operaciones de transferencia de GNL de barco a barco.

Gracias a la revolución del gas de esquisto, entre 2008 y 2017 la producción de gas natural en Estados Unidos aumentó un 53%. En 2016, se convirtió en el primer productor mundial de petróleo y gas natural, con un 16% del total mundial.

Entre 2014 y 2016, los gastos energéticos de Estados Unidos cayeron en 400.000 millones de dólares

Desde 2011 es exportador neto de petróleo refinado y en 2017 se convirtió en un exportador neto de gas natural por primera vez en sesenta años. La producción de petróleo de los Estados Unidos ha superado los 11 millones de barriles diarios.

Según la Agencia Internacional de la Energía, en 2025 la revolución del esquisto estadounidense habrá producido más petróleo y gas natural en un período de tiempo más corto que cualquier otro país de la historia, incluida Arabia Saudita, entre 1966 y 1981.

De mantenerse las tendencias actuales, para 2024 los EEUU dejarán de tener que importar petróleo y gas natural. En 2008, las importaciones de hidrocarburos de Estados Unidos ascendieron a 500.000 millones de dólares, generando la mitad de su déficit comercial.

Gracias a la revolución del esquisto, en 2017 las importaciones estadounidenses de hidrocarburos sólo fueron de 70.000 millones de dólares, algo más del 10% del déficit comercial. Según la Agencia Internacional de Energía, las empresas estadounidenses pagan entre dos y cuatro veces menos por la electricidad y el gas natural que sus competidoras extranjeras, especialmente las europeas.

Entre 2014 y 2016, los gastos energéticos de Estados Unidos cayeron en 400.000 millones de dólares. La revolución del esquisto bituminoso y el gas en Estados Unidos, Canadá y México está todavía en sus primeras etapas. 

1280px Cena de Estado que en honor del Excmo. Sr. Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, y de su esposa, Sra. Peng Liyuan (8960384656)

la decadencia de china

La brusca desaceleración del crecimiento económico de China ha disminuido su demanda de gas natural, presionando el precio a la baja

El departamento de Energía de los EE.UU. está fomentando la construcción de centros de almacenamiento de GNL y los EEUU se ha convertido en el segundo mayor exportador de GNL del mundo después de Catar.

Sin embargo, la exportación del GNL de EEUU tenía como principales destinos Corea, México, Japón y China. La segunda economía mundial desea sustituir el carbón por gas natural para abastecer sus centrales de generación eléctrica.

Los niveles de CO 2 y dióxido de azufre emitidos por una central elétrica que emplea gas natural como combustible son muy inferiores a los que se generan con petróleo o carbón. En el último bienio Europa se ha convertido en el mercado favorito de los exportadores de LNG de EEUU.

La brusca desaceleración del crecimiento económico de China ha disminuido su demanda de gas natural, presionando el precio a la baja. Asimismo, como respuesta a los aranceles aplicados por la admimistración Trump, Beijing impuso un arancel del 10% sobre la exportación de LNG de EEUU.

En el pasado invierno se quintuplicó el suministro de LNG de EE.UU. a Europa, donde el precio del gas natural no ha decrecido. Europa se ha convertido en el primer comprador de LNG de EEUU y únicamente Catar proporciona más LNG al Viejo Continente.

El auge de Rusia

Pero Rusia tiene muchas bazas para hacer frente a los sumimistros de EE.UU. Se está completando la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que al igual que Nord Stream 1 transportará gas natural de Gazprom de Rusia hasta Alemania por el mar Báltico, recorrido que nuevamente deja al margen a Polonia y las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania.

Nord Stream 2 debilitará aún más la posición de Ucrania y los países de Europa del este frente a Moscú.

La red de gasoductos de Rusia permite a Gazprom vender 145 millones de toneladas de gas natural al año a Europa, cantidad que es cuatro veces superior a la capacidad de exportación de todas las terminales de LNG en EE.UU.

La batalla comercial, tecnológica y política por el mercado de gas natural de Europa está servida.