La Sareb, de gran oportunidad a gran fiasco
Mientras el día 29 del presente mes el sector inmobiliario gallego realiza su primer congreso autonómico -organizado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias- y al que pueden asistir todos los profesionales que pertenezcan al sector en Galicia en la búsqueda de analizar la situación actual y diseñar nuestra hoja de ruta, eso sí, recogiendo las iniciativas dinamizadoras que allí se traten, la Sareb, a la par, celebrará ese mismo día su junta general ordinaria.
Su único interés en el sector es, prácticamente, el que recoge su punto sexto, “aprobación de la política de remuneraciones de sus miembros”, por cierto, retribuciones de cientos de miles de euros al año, como la de su presidenta.
La diferencia entre lo que perseguimos unos y otros queda cristalina.
La Sareb era -aún lo puede ser- la gran oportunidad de contribuir a estabilizar el sector de la vivienda y dinamizar el sector inmobiliario por su abultado volumen de activos.
En total dispone de 107.000 activos inmobiliarios, de los que 76.000 son viviendas vacías acabadas, algo más de 3.000 son viviendas en construcción, 6.300 están en alquiler y 14.900 unidades corresponden a suelo.
Pero a día de hoy únicamente ha servido para limpiar el balance de las entidades financieras que han recibido ayudas públicas con el dinero de los ciudadanos y a mayores comisionarlas, abultadamente, con dinero de nuestros impuestos para que sus oficinas bancarias sean ahora oficinas inmobiliarias.
Un auténtico despropósito mal permitido y consentido por el regulador y supervisor financiero de este país.
Ya no les bastaba con vender cuberterías, vajillas, relojes y planchas sino que ahora toca añadir viviendas, como si fueran bazares de todo a 1 euro. Pero ¿cómo van a confiar los clientes en semejantes entidades, depositando en esos sitios sus dinero?
Pero hay más, el “efecto” de la Sareb lastra un mes sí y otro también el crédito hipotecario afectado por la transferencia de activos, reduciendo de esta forma el crédito hipotecario gestionado por las entidades.
A mayores, destacar que la Sareb, no sólo cerrará con pérdidas netas su primer año, sino que también los posteriores, y aún dará más perdidas de las previstas inicialmente, al tener que asumir para sus activos el coste de la certificación energética.
Una estrategia que solo busca ampliar el acuerdo con la banca para alargar los contratos firmados con sus divisiones inmobiliarias -ya que han puesto a la venta sus gestoras de inmuebles- para incrementar el valor de esas unidades y así, una vez más, primar al sector financiero nacionalizado, verdadero cáncer de nuestra economía real.
Mientras, el Banco de España y la CNMV, mirando hacia otro lado, para variar.
Pero los que no miran hacia otro lado son los de Bruselas, que recientemente tumbaron el nefasto plan de negocio de la Sareb obligándola a rehacerlo de nuevo bajo sus directrices y ordenando la creación de un grupo de control y gestión al Banco de España que tuviera como única misión supervisar la improvisación y los malos resultados iniciales de este organismo.
Hay que recordar en este punto, que el capital de la Sareb está aportado por entidades privadas, 55%, mientras que el resto procede del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria y entre los accionistas e inversores hay 14 bancos nacionales, dos extranjeros, Iberdrola y diez aseguradoras, además del FROB.
Este es uno de los grandes problemas por solucionar en el sector vivienda, pero no el único, ya que el Euríbor a 12 meses, el principal indicador de referencia para la mayoría de las hipotecas, se encuentra en mínimos históricos, algo positivo ya que supondrá un pequeño ahorro para los hipotecados –los que no tengan cláusulas suelo–.
Sin embargo, en cuanto la economía inicie su recuperación, el Euríbor comenzará a subir y junto con los elevados diferenciales provocará que muchas familias no puedan hacer frente al pago de la hipoteca, con lo que el repunte de los desahucios tendrá una dramática continuidad.
Por el momento, la actividad vendedora de la Sareb ha sido muy limitada, los primeros lotes de activos tardarán tiempo en ser colocados en el mercado, una circunstancia temporal que juega a favor de los fondos buitre, que han primado la adquisición de carteras de deuda en manos de entidades financieras y relacionadas con el sector inmobiliario.
En definitiva, que cada día nos parecemos más a Don Quijote en su lucha con los molinos de viento, de la cual sabemos todos el resultado.
Por esto mismo debemos identificarnos lo antes posible con el nuevo Plan de Vivienda, que entrará en vigor próximamente, y que se denominara ‘Plan estatal de Alquiler de Viviendas, Rehabilitacion, Regeneracion y renovaciones urbanas 2013-2016”.
Desde el sector inmobiliario hemos pedido reiteradas veces acuerdos y en el nuevo texto del Plan, el Gobierno priorizará las actuaciones mediante entidades colaboradoras o mediante otras formas de colaboración pública-privada.
Está claro que ya no se apuesta por la vivienda en propiedad y no se contempla ningún tipo de ayudas ni estímulos fiscales, ni a la compra de vivienda libre, ni incluso a la vivienda protegida, por lo que los conceptos en el mercado de la vivienda cambiarán radicalmente incluyendo fórmulas de comercialización como el alquiler con opción a compra.
Esto no es ni bueno ni malo, simplemente significa la apertura de un nuevo modelo donde los agentes económicos que participamos en él debemos saber encontrar nuestro sitio y nuestra oportunidad de negocio.
En definitiva, no tengamos miedo de un nuevo periodo en el que, si sabemos encontrar las oportunidades, podemos volcarlo positivamente en nuestros intereses.
Eso sí, el cambio de mentalidad del sector debe ser radical ya que los que piensen y actúen en pasado están abocados a su desaparición como actividad económica.