La UE insta a España a terminar su proceso de reformas

Dijsselbloem, presidente holandés del eurogrupo, insistía hace unas semanas en la necesidad de que España implementara la segunda ronda de la reforma laboral. Así se sumaba a las voces internacionales que vienen insistiendo a España que cierre el “círculo virtuoso” de reformas emprendidas con la llegada de Rajoy como condición sine qua non para que el país se sitúe en una posición que le permita profundizar en la recuperación económica.

Aunque el presidente del eurogrupo hizo especial mención a una «segunda ronda» de la reforma laboral, la realidad es que el gobierno español tiene todavía una larga lista de reformas a cumplimentar durante los casi dos años de legislatura pendientes. Vendrían a modificar sustancialmente la epidermis de la sociedad española y, lo que es más importante, permitirá cumplir con los compromisos de déficit público adquirido por el Gobierno con la Comisión Europea.

Si bien algunas de las reformas pendientes están en fase parlamentaria, el gobierno español debería cerrar el proceso reformista con una batería de actuaciones pendientes en donde se corre el peligro de que su contenido se vea rebajado sustancialmente en sus potenciales:

La reforma de la enseñanza universitaria, en opinión de muchos expertos, debe dejar de ser un complemento en todo plan de reformas para convertirse en un objetivo prioritario desde el punto de vista estratégico. Resultaría deseable que la reforma recogiera la mayor cantidad de aspectos contemplados en el informe elaborado por la Comisión de expertos para la reforma del sistema universitario español, que fue presidida por María Teresa Miras.

La reforma del sistema español de investigación y ciencia es otra de las necesidades perentorias de nuestro país que no solo se sustancia con un aumento de los presupuestos públicos destinados a I D i, sino definiendo y desarrollando políticas y programas integrales que pasan por poner orden a una proliferación de organismos y una fragmentación de los estudios y centros de investigación que hasta ahora ha servido fundamentalmente para mayor gloria de la clase política española.

El mercado de trabajo tiene desafíos muy concretos con objeto de enfrentarse al reto de reducir la alta tasa de desempleo, entre los que se encuentran el aumentar el empleo indefinido, la simplificación de los tipos de contrato o la mejora de los servicios públicos de empleo.

La reforma fiscal es otra de las grandes asignaturas pendientes, nunca abordada con la intensidad suficiente. Así, España tiene la imperiosa necesidad de ampliar la base de contribuyentes, luchando contra el fraude. Se cifra en 79.000 millones de euros lo que se deja de recaudar básicamente via el IVA y el IRPF.

La reforma de las pensiones es otra de las grandes y urgentes innovaciones pendientes, ya que los problemas demográficos y de cotización, hacen de factores como el de sostenibilidad y de revalorización puntales básicos de su viabilidad futura.

La reforma del sistema financiero, pese a ser una de las que más ha avanzado en la primera mitad de la legislatura, requiere todavía de ajustes que permitan su adecuación a la futura Unión Bancaria Europea.

La reforma de la administración pública y la modernización de la función pública son objetivos inaplazables si se quiere, entre otros, reducir el tamaño del sector público empresarial y fundacional, eliminar duplicidades con las CCAA, aumentar los niveles de eficiencia y productividad, alcanzar estándares de racionalización comparables con los países miembros de la eurozona o conseguir el definitivo salto cualitativo y cuantitativo en materia de administración electrónica.

La mejora del funcionamiento de servicios y mercados contemplada en la recientemente aprobada Ley de Unidad de Mercado, es un reto cuyo éxito y desarrollo dependerá de los reglamentos y la disposición de las autonomías a su cumplimiento. La Ley trata de corregir el inmenso desbarajuste que sistemáticamente ha sido denunciado por las empresas nacionales y multinacionales que tratan de hacer negocio en España.

El monstruoso déficit tarifario del sector eléctrico, acumulado a lo largo de los años, hace absolutamente imprescindible abordar los problemas de la energía en España en donde sobresale con especial virulencia la existencia de monopolios de facto y de unas incestuosas relaciones entre empresas y política.

No está entre las reformas pendientes el diseño e implantación de un nuevo modelo de sistema productivo que permita reducir la monumental tasa de desempleo existente en España, una gran parte de ella formada por trabajadores con escasa formación procedentes de sectores que como el de la construcción sufrió con especial dureza la crisis y que en opinión de distintos expertos deberían ser objeto de especial atención mediante políticas específicas desarrolladas al efecto.