¿Libertad para qué?

Los socialistas han regalado al centro-derecha la bandera de la libertad, una enseña que nunca debieron abandonar y que rompe con toda la tradición política del PSOE

Hace poco más de 100 años de la visita que Fernando de los Ríos y Daniel Anguiano realizaron a Moscú comisionados por el PSOE con el fin de realizar un informe que ayudase a discernir a los socialistas españoles sobre la espinosa cuestión de si debían incorporarse a la tercera internacional, la internacional comunista instaurada por Lenin en 1919 o si por el contrario debían seguir formando parte de la segunda internacional, la socialista, que en 1914 había decidido apostar por el reformismo en lugar de por la vía revolucionaria.

Tras un largo complicado viaje en el que hubieron de pasar por París, Berlín, Tallín y Petrogrado, de los Ríos y Anguiano llegaron finalmente a Moscú y fueron alojados en un hotel de lujo con toda la pompa y el boato con los que los soviéticos trataban de impresionar a las delegaciones extranjeras.

Durante unos pocos días y permanentemente vigilados tanto por la milicia como por el KGB, los guías del PCUS mostraron a los dos españoles todos los supuestos logros de la revolución: opíparas comilonas, litros de vodka, edificios oficiales imperiales, museos y masas de felices, ardorosos y bien alimentados miembros del partido.

Durante unos pocos días y permanentemente vigilados tanto por la milicia como por el KGB, los guías del PCUS mostraron a los dos españoles todos los supuestos logros de la revolución

Todo un despliegue de propaganda destinada a convencerles de que promovieran el ingreso del PSOE en el comunismo internacional y revolucionario que no impidió al bueno de D. Fernando observar la “multitud andrajosa, macilenta y triste” que desde el otro lado de las calles observaba los desplazamientos de la delegación, la absoluta falta de libertad, la ausencia de tiendas abiertas o el problema de la asignación de viviendas por parte del estado.

La agenda de estos dos socialistas españoles estuvo repleta de reuniones y eventos, llegando a reunirse tanto con Lev Davidovich Bronstein, alias Trotsky, de quien De los Ríos destacó su pasión e inteligencia, y finalmente, en el Kremlin, con el máximo dirigente del país Vladimir Ilich Ulianov, también conocido como Lenin.

En la entrevista entre ambos, Lenin se dedicó a glosar ante el andaluz De los Ríos todas las excelencias sociales, económicas y políticas de los primeros años de la revolución soviética hasta que en un punto de la misma, el español hizo notar a su contertulio que lo que le sorprendía era la falta de libertad del país, momento en el que Lenin pronunció su famosa frase: ¿Libertad para que?, a la que al parecer el rondeño respondió: Libertad para ser libres.

A su vuelta a España, el informe de la delegación del PSOE tras su visita al país de los soviets no pudo ser más negativo, e influyó decisivamente tanto en la permanencia del PSOE en la disciplina socialdemócrata y reformista de la internacional socialista como en la escisión de parte de sus militantes y dirigentes para fundar el PCE, este si, adscrito a la disciplina de Moscú.

El informe de la delegación del PSOE tras su visita al país de los soviets no pudo ser más negativo, e influyó decisivamente tanto en la permanencia del PSOE en la disciplina socialdemócrata y reformista de la internacional socialista

Mucho tiempo ha pasado desde esta entrevista, desde nuestra Guerra Civil e incluso desde la dictadura de Franco, un tiempo en el que la socialdemocracia española siempre fue la más fiel aliada de las libertades en un país sojuzgado por un sangriento dictador.

También ha pasado mucho tiempo desde el congreso del PSOE del año 1976, en el que los delegados socialistas se reunieron aún en la clandestinidad bajo el lema “Socialismo es libertad”.

  • Ni unos ni otros socialistas hubieran permitido que la derecha se adueñase de la bandera de la libertad.
  • Ni unos ni otros socialistas hubieran entregado esa baza política a sus rivales sin pelearla hasta la extenuación.
  • Ni unos ni otros socialistas se hubieran resignado a ser sobrepasados por nadie en la defensa de las libertades: las públicas y las privadas.
  • Hoy, el centro-derecha del PP va a unas elecciones en Madrid izando la bandera de la libertad, una enseña que la socialdemocracia nunca debió abandonar.
  • Hoy, Fernando de los Ríos se sentiría abochornado