Los atentados nos observan

Los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils pusieron a prueba la capital catalana

Cada cierto tiempo, las ciudades viven situaciones que las ponen a prueba. Y los atentados de Barcelona y Cambrils lo demuestran de forma traumática.

Un año después, todos los que tuvieron un papel determinante en la gestión posterior a los atentados terroristas han realizado un paso hacia atrás para evitar que su protagonismo implique lecturas políticas, que nada tienen que ver con el dolor individual y colectivo de las personas.

Una de las cuestiones que a medio plazo todos vamos a agradecer es haber dejado al margen cuestiones partidistas para determinar quiénes gestionaron mejor el momento posterior a los atentados.

La tendencia de muchas personas a crearse ilusiones conspirativas o a señalar lo mal o bien que se hicieron las cosas repercute negativamente en el análisis de lo que aconteció. Pues ante actos criminales como los que se sufrieron en Barcelona, nadie actúa correcta o incorrectamente, sino intentado hacer lo correcto.

Tras los asesinatos, por la forma como se perpetraron, evidenciando la existencia de personas capaces de cometerlos para preservar intactas sus creencias a costa de vidas humanas, ya nunca los atentados dejarán de observarnos como ciudad.

Todos vamos a agradecer que se hayan dejado al margen cuestiones partidistas

¿Se gestionó bien o mal el espacio público después de cometerse los atentados? ¿Fue correcto el modo en que se gestionó la detención de los terroristas?

¿Estaba la ciudad preparada para reaccionar ante un atentado difícil de prever? ¿Faltó coordinación entre los cuerpos de seguridad del Estado? ¿Se trataron correctamente los atentados por parte de la opinión pública?

Preguntas y más preguntas que estos días han ido apareciendo en medios, conversaciones y redes sociales, buscando respuestas para tratar de despejar dudas sobre si se actuó o no en la buena dirección; preguntas que sólo se pueden resolver con más preguntas capaces de llegar el fondo de un debate que supera el mismo hecho de los atentados.

Intelectuales franceses interpretan los atentados

En Francia, muchos intelectuales, entre ellos Nicolas Grimaldi y Alain Badiou, interpretaron  los atentados vividos en París y Niza como producto de una visión  nihilista de asesinos que no respetan la vida humana, cuya ceguera es producto de las creencias que dejan sin sentido el uso de la razón para relacionarse con el mundo.

Grimaldi, en una entrevista en el ABC con motivo de la presentación de su ensayo Los nuevos sonámbulos, exponía en relación a los atentados de Charlie Hebdo: «¿Por qué? No quieren saber lo que saben. No quieren ver la realidad aunque actúen sobre ella. Se han hecho ciegos a la realidad».

«Están obsesionados por una idea. No es que sean religiosos y se hacen fanáticos, sino que son fanáticos y la religión les propone una coartada, algo para justificar su juego”, explicó Grimaldi.

Son reflexiones que incluso han debilitado el criterio de todos aquellos que creen en la paz, incluso de los que la defienden a cualquier precio.

Los atentados de Barcelona y Cambrils nos muestran que nunca se está a salvo entre altas murallas. La cuestión que todos debemos advertir es que mientras los atentados nos sigan interpelando en lo humano, la ciudad seguirá viva.