Moción de censura: una bicoca para Sánchez

La moción de censura de Vox llega en las horas más bajas del presidente del Gobierno

La moción de censura que finalmente presentará Vox el próximo lunes, de la mano del profesor Ramón Tamames, se acabará convirtiendo en una plataforma de relanzamiento de Pedro Sánchez que, desde hace unas semanas, está inmerso en su campaña electoral.

Eso es lo que piensa Alberto Núñez Feijóo, que desdeñó la idea de Vox desde un principio. La iniciativa del partido de Santiago Abascal requiere dos consideraciones desdobladas en planos distintos para no mezclar las cosas. Presentar una moción para perderla (pocos apoyos más allá de los 52 de Vox podrá conseguir) no persigue desplazar al presidente del Gobierno.

Su objetivo es otro: darse visibilidad en víspera electoral después del fiasco que sufrió en las elecciones andaluzas y de la crisis que provocó la tocata y fuga de Macarena Olona. Y ya veremos si no termina convirtiéndose en una moción contra el PP de Feijóo, como ya ocurrió en la primera moción de censura de Vox contra Sánchez en tiempos de Casado. Se trata de una iniciativa planteada en el momento más contestado del Gobierno, en las horas más bajas de Pedro Sánchez, que verá en esa alfombra que le tiende Vox una oportunidad de oro para distraer la atención del foco principal. Es, por lo tanto, una moción inoportuna.

Volveremos a ver a un parlamentario de nivel y con sentido de Estado

Si, al final, los promotores de la idea van a eludir, en el discurso de su candidato Tamames, las referencias al feminismo y a las autonomías, que son los principales talones de Aquiles de Pedro Sánchez, mejor se lo ponen al presidente. Sería grotesco que eso ocurriera. Una bicoca para Pedro Sánchez.

Que después de la reforma del Código Penal a la carta de los secesionistas del procés y de los malversadores y de los efectos tan nocivos de la ley del ‘solo sí es sí’ no hubiera mención expresa a esos disparates jurídicos que ha capitaneado el presidente del Gobierno con tal de contentar a sus socios de gobierno y aliados de investidura. Son temas espinosos por los que Tamames transita a su aire, pero deberían salir a relucir si lo que pretende Vox es poner a Sánchez en apuros.

Tamames ¿Un ‘Maverick’ para Abascal?

Mención aparte hay que hacer con el papel de Ramón Tamames. Su discurso será brillante porque el catedrático de trayectoria comunista roza la excelencia. Volveremos a ver a un parlamentario de nivel y con sentido de Estado de los que ya no abundan en el actual Congreso de los Diputados. Eso es lo que se espera.

Ahora bien: Tamames se encontrará con un parlamento que nada tiene que ver con el que él conoció y del que muchos periodistas tuvimos el honor de disfrutar. Se le respetará, en líneas generales, pero muchos diputados de las últimas legislaturas solo saben moverse en el barro. Independientemente de que el candidato de Vox, por su conocida actitud independiente, pueda acabar convirtiéndose en un ‘Maverick’ para el propio Abascal, sin duda quedará como un señor, que es lo que es, pero la moción de censura discurrirá, a efectos prácticos, por una vía muerta.

El partido de Abascal ya intentó presentar la moción de censura, el pasado mes de noviembre, liando a Feijóo

¿Se pretende acorralar al presidente del Gobierno con una moción que no tiene visos de triunfar a la hora de votar? Habrá pinchazo. ¿O se pretende poner en un aprieto a Feijóo con su calculada distancia sin beligerancia en relación con Vox? Los objetivos de la Moncloa y del Partido Socialista no ofrecen duda alguna: hacer un ‘tótum revolutum’ con la derecha. Su empeño en sugerir confabulaciones y contubernios para meter en el mismo saco a Vox y al PP no logrará el efecto deseado porque se da de bruces con la realidad.

No hay más que escuchar a Feijóo, que se ha situado a mucha distancia de esta broma parlamentaria. El partido de Abascal ya intentó presentar la moción de censura, el pasado mes de noviembre, liando a Feijóo. Fracasó. Hasta los de Ciudadanos, que ahora se muestran muy críticos con la idea, se apuntaron a la corriente solicitando que fuera Feijóo quien liderara la moción de censura. Pero el líder del PP lleva meses denunciando la reforma de los delitos de sedición y malversación y las maniobras del Gobierno para renovar el Tribunal Constitucional con cargos de descarado perfil político afín a la causa ‘sanchista’ en todas las plataformas en las que ha tenido ocasión. Incluido el Senado.

La ceremonia de acoso a Sánchez, tal como la plantea Vox, va a lograr el efecto contrario. Será Feijóo el más perjudicado. Sánchez no dejará pasar la oportunidad para focalizar el miedo a la ultraderecha diciendo que el PP y Vox “la misma cosa son”. Un regalo de campaña para el presidente del Gobierno que le sirve Santiago Abascal.