No se fíen del CIS

No sólo el PSOE estará lejos de adueñarse del mapa autonómico como asegura el CIS, sino que puede perder feudos como Aragón o Extremadura

Basta y sobra con repasar los sondeos y cotejarlos con la realidad de las urnas para comprobar que el soberbio buque dirigido por el denostado Tezanos escora a la izquierda, y más en concreto hacia el PSOE, aún a riesgo de zozobrar.

En el último publicado antes de las elecciones generales de abril, casi clava los porcentajes de todos los partidos a excepción del PSOE, que cotizó al alza en perjuicio de Ciudadanos. Ha vuelto a ocurrir, y ya verán el próximo 26 de mayo que con desviaciones de mayor bulto, por no decir descaro.

En efecto, según Tezanos el PSOE arrasará, las derechas se quedarán casi a cero de gobiernos autonómicos y el PP incrementará  la primacía sobre C’s en su campo. ¡Ja! Nada más contradictorio con la realidad de los resultados del 28-A: El PSOE ganó pero muy lejos de arrasar, las tres derechas ganaron por goleada en la comunidad de Madrid y C’s quedó a las puertas del sorpasso sobre el PP.

De manera que, si no quieren vagar a la deriva por una pista de hielo, mejor borren de su mente los titulares de la prensa del viernes, sesgados como pocas veces por la irrupción del sondeo del CIS.

De poco consuelo resulta al escorado buque –en teoría, sólo en teoría ecuánime y al servicio de todos— que incluso sus allegados ideológicos y partidistas disculpen la miopía galopante alegando el factor tiempo. Como el trabajo de campo si efectuó antes de las elecciones de abril, las diferencias son naturales.

Pues no, estimados tergiversadores, si Tezanos acertó tanto en los porcentajes de voto de abril –a excepción mayormente del PSOE como se ha visto— no hay razón para que se desvía tanto, y de modo tan flagrante, ante mayo.

Las tendencias quedaron fijadas en las urnas pero el CIS ya las había detectado, de modo que no hay excusa. Menos aún si tenemos en cuenta que Tezanos cambia de método de cocina cada vez que le conviene. Ya va a por la media docena. La cuestión es marear al electorado e inclinarlo a favor de su patrón, un tal Pedro Sánchez.

Para muestra unos pocos botones. Empecemos por Barcelona. Cierto es que Ada Colau y Ernest Maragall andan cerca, pero las tendencias reales, no las imaginarias, decantan la balanza a favor del candidato de ERC, el partido que está en la cresta de la ola. Si la aceptación ciudadana de Colau siguiera la estela de la muy bien valorada alcaldesa de Madrid, podríamos tener en cuenta un formidable factor Colau. No se aprecia ni a pie de calle ni a ras de olfato.

El carisma de Manuela Carmena tiene un límite geográfico

Prosigamos, antes de aterrizar en Madrid, por Cataluña y el factor Puigdemont. Si antes de que en Madrid le hicieran la mejor y más barata de las campañas electorales, consistente en atarlo primero al palo de la hoguera para luego, en vez de prenderle fuego, ensalzarlo mediante una nube de incienso, el CIS ya le presagiaba el acta de eurodiputado, imaginen los votos que puede conseguir. ERC se refuerza. Puigdemont también. Su plataforma se mantiene estable pero sin el estorbo del PDECat.

Saltemos, en fin, a la capital del reino. A pesar de su habitual y ya proverbial escora, los datos del CIS sobre Manuela Carmena al alza parecen los más fiables, o si lo prefieren los menos descabellados del último sondeo. La alcaldesa gusta, arrastra, su carisma es el único capaz de contrarrestar la oleada derechista que invade el centro de España (dejando a parte la isla capitalina, un desierto, por fortuna para todos los demás).

Sin embargo, el carisma de Carmena tiene un límite geográfico. La comunidad es mayor que el municipio, y en esta portentosa isla las tres derechas se llevaron 20 de las 37 actas de diputado en juego por 17 de las izquierdas. En votos, las derechas, con dos millones de votos, adelantan por 300.000 a las izquierdas. Incontestable. Irreversible a corto plazo sin cataclismo de por medio.

Por si fuera poco, nada fuera de la enfebrecida mente de los siervos del siervo Tezanos puede corroborar que la tendencia al alza de C’s y la todavía más acusada tendencia a la baja del PP vayan a cambiar de signo. Si no es por arte de birlibirloque, tan disparatada previsión no tiene visos de volverse real. Al contrario. Atención a las europeas.

En la circunscripción de Madrid, C’s quedó en segunda posición, más de 86.000 votos por encima del PP que no alcanzó por poco los 700.000. Eso sí es un dato. Este sí es el dato.

Según las papeletas depositadas en las mismas urnas de abril, no sólo el PSOE estará lejos de adueñarse del mapa autonómico como asegura el CIS, sino que puede perder feudos como Aragón o Extremadura.

Si alguna vez se han fiado del CIS, pueden estar algo, poco o nada satisfechos. El historial del buque insignia de los sondeos es largo. Sin embargo, si no quieren caer de cuatro patas en el más clamoroso de los errores, dejen esta vez de lado al CIS, agárrense a los resultados de abril, y corríjanlos a ojos vista por el factor humano, se llame Carmena o Puigdemont.