Ocaso y derribo de la vivienda de protección oficial

Cambio de modelo: el objetivo es variar la cultura de acceso a la vivienda vinculada a la propiedad por otra que tenga en el alquiler una opción deseable y preferente, a través de cambios regulativos, fiscales y ayudas a los grupos más vulnerables. Esta es la teoría.

Se ha puesto fin a las subvenciones, incentivos y ayudas para edificar más viviendas de protección oficial en régimen de compra y se declaran igualmente a extinguir las ayudas a sus solicitantes, las familias con menos recursos. Las comunidades autónomas podrán seguir desarrollando esta clase de viviendas sociales con fondos de sus presupuestos. Sin embargo, la actual crisis financiera (no hay crédito y menos para las rentas mas débiles) por la que atravesamos y la historia reciente, nos dice que ocho de cada diez VPO construidas hasta ahora fueron financiadas por el Estado, confirmando así el final de la vivienda de protección oficial. En la clasificación de vivienda de protección existen tres modalidades: régimen especial, hasta 2,5 de Iprem; régimen general, que no puede superar 5,5 Iprem, y el régimen concertado, menos del 6,5 del Iprem.

Las líneas estratégicas son ya el acceso a la vivienda en alquiler, la rehabilitación, la puesta en valor del stock de viviendas nuevas sin vender ni alquilar, la reconversión del sector de la vivienda y afrontar el parque de vivienda desocupada. En materia de alquiler, este se centra en la concesión de ayudas directas o indirectas a los futuros arrendatarios, así como en la incorporación al mercado de alquiler de la vivienda nueva sin vender, ahora en stock, o procedente de inmuebles desocupados. Todo un reto el que se esta acometiendo.

El motivo de este final: el volumen total de los recursos destinados a atender compromisos anteriores hasta 2018 superan los 5.000 millones de euros, y esos compromisos comprenden tanto las cantidades que habrá que seguir pagando relativas a la renta básica de emancipación, como la subsidiación de préstamos convenidos.

Conclusión: la extinción de la VPO y la VPA en propiedad. Y aquí hay que recordar que a comienzos de 2009, la vivienda protegida era un 40% más barata que la de venta libre. Desde entonces, mientras el precio de la vivienda libre inició una tendencia a la baja que tocará suelo a final de este año, la de protección oficial tomó la dirección contraria. Y como referencia, los datos actuales del precio vivienda de protección en Galicia: de régimen general, 1.394,72; de régimen especial, 1.307,55; de régimen concertado, 1.773,72 euros metro cuadrado, quedando este tipo de vivienda totalmente desfasado en su precio con la vivienda libre.

Esta convergencia de precios supone que quien hoy aspire a comprar una vivienda encontrará precios similares en las promociones privadas y en las públicas. Aunque este sector de la población que, sea por convicción o por necesidad, se decanta ahora por buscar vivienda para alquilar, ha crecido notablemente en los dos últimos años. Una vez más pierden los de siempre: las rentas medias y las rentas medias bajas. Un cambio de modelo que hunde más aún a nuestra clase media, simplemente porque los empobrece más.