Pablo Casado y Cataluña

Casado no puede aspirar a la Moncloa sin un apoyo electoral amplio en Cataluña no solo por parte de los empresarios, sino por la sociedad catalana no independentista

El líder del PP, Pablo Casado (c) conversa con el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus (i), y el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (d), durante la segunda jornada de la XXXVI Reunión del Cercle d’Economia donde se analizan los retos de la economía española.EFE/Quique García

Pablo Casado pasó por las jornadas del Cercle d’Economia en plena efervescencia indultadora y no fue un momento fácil para él, lo normal es que el empresariado reciba con agrado al líder de la derecha política y cuando eso no sucede algo falla.

Casado sabe que sin un mínimo apoyo en Cataluña no llegará a La Moncloa, Cataluña elige 48 diputados al Congreso, son 11 más que Madrid y solo le supera Andalucía con 61. Actualmente Casado cuenta solo con dos diputados de esos 48 y representación en solo 1 de las cuatro provincias catalanes y con esas cifras la Puerta de la Moncloa es más inasequible que la verja de El Rocio en la Madrugá.

Desde su acceso a la presidencia del PP, Pablo Casado ha ensayado diversas fórmulas para ganarse al electorado catalán y quizás en su cambio de criterio constante reside su principal error dado que el electorado no sabe a que atenerse. Primero apostó por Cayetana Álvarez de Toledo, y aunque pueda decirse que el resultado no fue bueno es seguro que sin Álvarez de Toledo y su capacidad mediática el PP habría desaparecido del mapa político catalán.

En aquellos días, el PP había sido barrido del parlamento catalán por Cs, que obtuvo 36 escaños frente a los 4 de los Populares y Arrimadas, artífice de esa victoria, era candidata al congreso. Solo alguien con la capacidad dialéctica de Álvarez de Toledo era capaz de salvar al PP de la irrelevancia, y lo consiguió.

Pero los días del Álvarez de Toledo como portavoz terminaron por motivos ajenos a Catalunya y al llegar la campaña autonómica del 14 F, en la que el PP podía aprovechar la debilidad creciente de Cs, Pablo Casado dio un giro hacia el pseudocatalanismo con una desconcertante y semiclandestina campaña que se sobreponía a la de su candidato en Cataluña, Alejandro Fernández.

Aquello desconcertó a su potencial electorado, engordando las filas de Vox, que capitalizó la caída de Cs junto al PSC mientras el PP, contra pronóstico, seguía cayendo.

Un cambio de planteamiento para no desaparecer en Cataluña

La visita a Barcelona de Casado para pasar por las Jornadas del Cercle d’Economia levantaban expectación porque los empresarios catalanes se habían empleado a fondo para intentar convencer al líder del PP de que se sumara a la ola proindultos de los políticos condenados por malversación y sedición.

En esta ocasión Casado mantuvo su posición de los últimos días y no sucumbió a cantos de sirena de aquellos que siempre le prometieron todo al PP pero nunca le dieron nada. El centro derecha tiene una infrarrepresentación en Cataluña por debajo de su potencial real.

Más allá de los postulados de derecha y liberales en lo económico ideas como lealtad a España, respeto a la Ley, defensa de la libertad de enseñanza, normalización institucional, igualdad de derechos entre catalanes indistintamente de su origen o lengua, inmigración legal y ordenada, son ideas que el PP puede abrazar y que les abrirían muchos lugares hoy vedados para ellos.

Solo hay que seguir las políticas de Albiol en Badalona o las que en años previos realizó el mismo PP en la Ciudad de Tarragona cuando gobernó con el PSC.

El potencial electorado del PP

El potencial del crecimiento del PP en Cataluña no está en la moqueta ni en el mundo institucional upper Diagonal, está en dar visibilidad a los millones de catalanes no independentistas que en la mesa de negociación entre Junqueras y Sánchez, a convocar cuando el segundo libere al primero, no estarán representados por nadie ni tenidos en cuenta por ninguno de los dos.

Los catalanes no independentistas son los Sans Culottes de la sociedad catalana, lo que Alfonso Guerra llamo los descamisados, solo si esos millones de catalanes se sienten en parte representados por Pablo Casado con ideas como igualdad, seguridad, convivencia y prosperidad Casado tendrá una cuota de mercado que posibilitará su acceso a Moncloa. El caer una y otra vez en la transacción con el poder institucional le llevará, irremisiblemente, a la senda de la desaparición total en Cataluña.

Si accede a Moncloa significará que la parte de la sociedad catalana silenciada y marginada ha salido del zulo social en el que la Generalitat y los Gobiernos de la Nación le han metido y cuando ambas partes se puedan mirar de igual a igual, de tú a tú, solo entonces Cataluña empezará a andar hacia la normalización.

Mientras unos crean que tienen barra libre y que todo está a su alcance, referéndum incluido, las cosas del comer y del convivir seguirán empeorando en Cataluña.

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