Paro y corrupción
Estas son nuestras dos principales lacras, las que no nos dejan avanzar y las que constatan la decadencia, desidia y mal hacer de nuestros gobernantes en los últimos años. Pero también son un fiel reflejo de la sociedad en la ultima década, todo hay que decirlo, por lo que debemos practicar, en menor o mayor medida, un sano ejercicio de autocrítica.
Dicho esto, de los corruptos ya se ocupará nuestro sistema judicial, que para eso está, y en lo que debemos centrar todas nuestras energías es en involucionar los últimos datos del desempleo, que en Ourense se han incrementado hasta los 31.841 parados, lo que supone un aumento de 1.434 respecto a diciembre (un 4,72% más) y de 1.861 personas más respecto a enero de 2012 (un 6,21% más).
Nadie, absolutamente nadie puede ser autocomplaciente con estos datos, ni por supuesto obviarlos, pero la pregunta es: ¿y qué estamos haciendo para cambiar la situación? Pues muy poco, las pymes ourensanas no están pensando precisamente en la internacionalización, innovación etc. (que sería lo normal), sino simplemente en cómo pagar las nóminas de fin de mes, la seguridad social y los diferentes impuestos a los que estamos sometidos en un marco de tremenda carga impositiva y fiscal.
Prácticamente no existe crédito empresarial y el poco que fluye lo absorben las administraciones para cubrir sus necesidades, dejándonos al sector privado sin capacidad de obtener liquidez, por no hablar ya de los prolongados y nocivos retrasos de pagos a proveedores o el humillante adelanto de pagar el IVA de facturas que no se han cobrado por incumplimientos reiterados de las administraciones.
Ourense necesita ya y con urgencia un cambio de tejido productivo viable, y mientras éste se desarrolle, debemos apoyar el autoempleo –que es la forma más rápida de generar trabajo nuevo– y el espíritu emprendedor con planes de choque para combatir el desempleo actual. Ya no son tiempos de foros, jornadas, debates sobre lo divino, lo humano y lo virtual, planes de competitividad, diagnósticos empresariales o planes estratégicos, sino de actuar, de implantar, de desarrollar, de ponerse la funda y de esforzarse al máximo para salir de este perjudicial círculo vicioso que sólo nos conduce al bloqueo de nuestra economía provincial. Y para ello debemos ser generosos, colaborar para que colaboren con nosotros, pensar en colectivo y no fomentar individualismos que no nos conducen a nada en un contexto económico débil. Fomentar el asociacionismo empresarial para ganar músculo, agruparnos para ser competitivos y poder abordar los mercados internacionales con garantía de éxito a la vez que ahorramos costes.
En definitiva, debemos hoy más que nunca hacer piña y cerrar filas entre los ourensanos y ourensanas que aquí vivimos simplemente para poder seguir haciéndolo. He manifestado en varias ocasiones que sé que son muchos los que no creen en el futuro de esta provincia. Yo sí creo firmemente en nuestras posibilidades porque constato que las tenemos, por lo que en un contexto más que complicado debemos dar un firme paso adelante para salir lo más reforzados que podamos de esta crisis económica y de valores, demostrando y demostrándonos que si queremos, podemos, por lo que en esa batalla económica nos veremos, sin duda.