‘Pasteleo’ en las privatizaciones bancarias

En un horizonte cercano, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), brazo armado de complejo entramado y de difícil determinación sobre quién manda, se enfrentará a la privatización de dos entidades nacionalizadas como consecuencia de la crisis financiera: Novagalicia y CatalunyaCaixa.

En el primero de los casos, la venta mediante subasta se encuentra en su recta final, mientras que en el caso de la entidad catalana puede que la colocación tarde algo más como consecuencia de multitud de factores difíciles de enumerar.

El banco gallego fue nacionalizado a finales de 2011, mientras el catalán lo fue a finales de 2012, habiendo atravesado ambos por turbulencias de todo tipo que a lo único que han conducido es a dudar de que ambas entidades valgan algo y no se encuentren en situación puramente vegetativa.

Siendo ese un previsible panorama, ambas entidades están siendo objeto de pasteleo con fines de todo menos altruistas.  Así, sobre el banco gallego se cierne la demanda del poder político de la tierra –nunca ocultada, por otra parte– de tener derecho de pernada sobre la institución privatizada. Y los analistas dan por seguro que el resultado de la privatización pasa inevitablemente por la sede de la Xunta en el Palacio de Mariano Rajoy. Un 40% de cuota de mercado bien vale un esfuerzo que el Presidente no está dispuesto a negar a su colega Alberto Nuñez Feijóo.

En el caso de la antigua banca catalana, el pasteleo parece ser igualmente la tónica general. Las páginas de los diarios no esconden los movimientos orquestados de ciertas entidades con el Ministerio de Economía para cambiar cromos y en donde también entra por medio el futuro de la entidad bancaria gallega.

De ser ciertas todas las informaciones que se han publicado sobre el entourage de ambas privatizaciones y el pasteleo que todo ello comporta, sería un triste final a una dramática crisis financiera cuyo origen pasó a la historia con la intervención de Caja Castilla-La Mancha el 29 de marzo de 2009.

Los analistas internacionales detectan demasiadas interferencias políticas en la privatización de las entidades gallega y catalana en un momento en que se empieza a mover todo el proceso de Unión Bancaria. Todavía más, cuando Fitch incorpora hasta 20.000 millones de euros de inyecciones públicas de capital adicional a los 41.300 del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede). Una cantidad que, a priori, parece elevada y con el que algunos analistas de referencia anticipan un escenario base de 19.000 millones y un peor escenario de 55.000 millones para toda la eurozona, con Italia como país más afectado.