Perder el miedo a la crisis
Esa debe ser nuestra actitud para dar por finalizado un ciclo que ha aflorado errores, excesos y por supuesto las vergüenzas y avaricias de algunos individuos que se han aprovechado vilmente de sus semejantes, utilizando para ello a partidos políticos, sindicatos, patronales o entidades financieras. Pero para finiquitar este turbulento ciclo de nuestras vidas, debemos tener presente dónde estamos y con quién contamos. Para ello, los datos deben ser nuestro punto de partida, y su análisis fiel, la base con la que demos comienzo a la hoja de ruta que debemos construir entre todos.
Y los datos de desempleo en Ourense no son buenos, ya que 29.276 personas siguen en esta angustiosa situación laboral, que lamina sus expectativas y su economía. Son 144 más que el mes anterior, aunque en la comparativa interanual se ha reducido 1.131 desempleados; pero el dato que nos debe preocupar viene por el flanco de los cotizantes a la Seguridad Social, y ahí Ourense pierde 1.030 en el último año, un -1,04%, y nos quedamos en 97.728, cuando no deberíamos haber bajado de los 100.000.
Estos son los datos que debemos analizar para paliar sus consecuencias, a la vez que generar soluciones que tengan un retorno positivo a la ciudadanía. Para ello la reforma fiscal y la segunda reforma laboral deben ser redactadas y aprobadas con el mayor consenso posible, y deben recoger a la perfección nuestras necesidades. El hecho de que el ahorro de las familias haya retrocedido a niveles de hace ocho años, hasta un 9,2% de la renta disponible, debe hacernos reflexionar, y una de las primeras conclusiones es la pérdida de poder adquisitivo, con lo cual las familias gastan menos, sencillamente porque tienen menos ingresos, y a la par una subida generalizada de precios, servicios e impuestos que han contribuido negativamente a una disminución de los ahorros familiares y del consumo.
La clave para lograr un crecimiento de la demanda interna será la mayor creación de empleo y la reducción de la tasa de paro. Y para ello, las políticas económicas a aplicar deben ir en la línea de incentivar el consumo. La reforma fiscal debe rebajar el IRPF y el Impuesto de Sociedades, al tiempo que elimina los desajustes del sistema tributario para aligerar la presión fiscal sobre empresas y familias. Como complemento, la segunda reforma laboral de este Gobierno debe ir en la línea de simplificar y flexibilizar la contratación, y reducir las modalidades existentes. Esta segunda reforma, redactada desde la experiencia laboral actual, debe ser sin duda el gran motor que mueva el mercado de trabajo.
Aunque se debe decir que a Ourense la recuperación nos llegará más tarde que al resto del país, y lo llevo advirtiendo por activa y pasiva en los últimos tiempos, ya que nuestros mimbres son más débiles. Al depender prácticamente del sector servicios, pero sin turismo y con una población en disminución y más envejecida, y sin un cambio del tejido productivo provincial, todo va a ser más difícil, mucho más. Esta es nuestra realidad y decir lo contrario sería engañarles, y esa palabra no está en mi diccionario.