Podemos paga los desprecios a IU
La repetición de las elecciones al Congreso y en el Senado nos dan unos resultados que habría que analizar con calma.
El aspecto más importante y que repite lo que sucedió el 20D ha sido que ningún partido tiene mayoría absoluta e incluso, excepto una improbable gran coalición PP-PSOE, no llegaría a esta mayoría una coalición de dos partidos.
Una segunda conclusión es que al contrario del 20D el bloque de derechas PP-C’s se impone al de izquierdas. En tercer lugar todos los partidos tanto pierden posiciones, con la excepción del PP. Y en cuarto lugar las fuerzas del centro-izquierda y la izquierda alternativa y de progreso no serán alternativa de futuro sin trabajar por una acción unitaria.
Veamos la situación por partidos:
El PP se consolida claramente como primer partido a pesar de estar muy lejos de la mayoría absoluta. Parece que al PP no le afecten ni escándalos de corrupción, ni de malas prácticas democráticas, ni sus políticas económicas y sociales. La realidad es que no todo es así. El PP ha perdido en los últimos cuatro años 3 millones de votos, 49 diputados y lo que es más importante: la mayoría absoluta.
Pero es evidente que a pesar de todo, incluso en las zonas más corruptas como Madrid, Comunidad Valenciana o Baleares, con la única excepción de Euskadi y Cataluña, gana en todas las comunidades autónomas. En esta situación es evidente que Rajoy se presenta hoy como el ganador de esta segunda vuelta electoral, a pesar de estará obligado a negociar y olvidarse de las formas utilizadas durante la mayoría absoluta, pero lo más grave es que mantiene su hegemonía.
El PSOE, por su parte, no reacciona, a pesar de que los resultados les continúan siendo cada vez más desfavorables. En las dos últimas elecciones ha perdido más de un millón y medio de votantes y 25 escaños. Lo primero que hizo Pedro Sánchez fue atacar su izquierda y felicitarse por el fracaso del «sorpasso». Los socialistas han basado toda la campaña en atacar su izquierda. El resultado es que no ha habido «sorpasso» pero los socialistas no han ganado en ninguna comunidad autónoma y especialmente han perdido en Andalucía lo cual comporta deshinchar el «globo» de Susana Díaz.
Los socialistas se encuentran en un momento difícil puesto que su animadversión hacia su izquierda le puede llevar a la abstención ante un gobierno de coalición de PP y C´s, y continuar disputando la hegemonía de la izquierda. Disputa que sólo comporta la derrota mutua. Está claro que el PSOE todavía no reacciona y puede continuar en su bajada política. Peor sería la opción de gran coalición que algunos «barones» defenderán.
Unidos Podemos y las confluencias han sido, sin duda, la sorpresa más negativa de la jornada electoral. Había muchas expectativas y por eso el resultado ha sido decepcionante. Hay que considerar que la coalición ha perdido desde el 20D más de un millón de votos, y ningún diputado. Pero esto no puede obviar que es una opción nueva que conserva 5.049.734 votos y 71 diputados. Es evidente que hay cosas a criticar. En primer lugar que a pesar de la excelente campaña del 20D, después su gestión política de los resultados fue errónea, con mucho personalismo y carencia de «finezza» política, derivada de su poco bagaje político institucional.
Hay que decir que en la campaña la actuación ha sido positiva tendiendo la mano al PSOE en todo momento. La coalición de Podemos e IU se ha hecho muy rápida y de forma forzada, después de continuos ataques y desprecios a IU se forja una alianza de última hora. Por su parte IU llega en una situación muy delicada, con una fuerte división interna, desprendido de purgas como las de Madrid, sin cohesionar sus tendencias internas y volviendo al «anguitismo» que es su concepción más sectaria, a pesar de la corrección del discurso público de Garzón.
Las pérdidas afectan todas sus confluencias. En Cataluña «En Comú Podem» ha vuelto a ganar, ha mantenido resultados pero ha perdido 81.354 votos. Por su parte «En Marea» ha perdido 66.555 votos y 1 diputado. En ambos casos la gente de IU ya había ido en las coaliciones en las anteriores elecciones. También en la Comunidad Valenciana donde la confluencia sumaba a EU ha perdido 17.654 votos manteniendo los diputados. Y en cuanto a la coalición exclusiva Podemos-IU-Equo ha ganado 1 diputado respecto al 20D y pierde 924.197 votos.
Tanto Unidos Podemos como las confluencias tienen que reflexionar, y empezar a trabajar en políticas de izquierdas claras y visibles, especialmente alrededor de la centralidad del mundo del trabajo, la situación de emergencia social, la regeneración democrática y un cambio de las políticas en el ámbito europeo en cuanto a los aspectos políticos, democráticos, sociales y económicos. A la vez hay que reforzar el cooperativismo de las fuerzas que conforman el conjunto de las confluencias huyendo de los personalismos que pueden caducar de un día para otro.
En cuanto a Ciudadanos, ya sacó unos resultados por debajo de los esperados el 20D y ahora ha sufrido una fuerte pérdida de escaños: 8 de los 40 que tenía, y más de 376 mil votos, que sin duda han vuelto al PP originario. El futuro de C´s será difícil puesto que la única posibilidad de publicitar su equidistancia sería con un Gobierno con PP y PSOE cosa que no parece en principio demasiado previsible.
En definitiva, nos espera una nueva etapa de hegemonía matizada de la derecha de la cual parece difícil salir sin una regeneración del PSOE y un replanteamiento serio de la izquierda alternativa más a medio plazo que no como hasta ahora a corto plazo. La izquierda alternativa tiene que entender que la política precisa tiempo, bagaje, capacidad y concreción de alianzas sociales, y capacidad de negociación para conseguir hacer avanzar políticas de cambio.