Podemos y su amateurismo político
La grave crisis del PSOE no nos puede hacer obviar la situación por la que pasa la izquierda alternativa. Quizás esta crisis pueda favorecer sus expectativas en un próximo futuro, pero sin duda no resuelve los interrogantes respecto a los pasos que hasta ahora han dado los representantes de la nueva política. No se puede negar una cierta responsabilidad de los dirigentes de Podemos en la situación de crisis en que ahora vive el conjunto de la izquierda.
Fundamentalmente los errores estratégicos y tácticos que fruto de un cierto «amateurismo» han cometido en su actuación parlamentaria para la conformación de una mayoría por el cambio, que sólo ha servido para favorecer al sector más retrógrado del PSOE.
Podemos y sus confluencias tienen la obligación y la necesidad de un análisis crítico en profundidad sobre su actuación hasta ahora y sus carencias. En poco más de un año hemos pasado de la fuerte irrupción de la nueva política de Podemos y sus confluencias en la escena parlamentaría a ver un inicio de declive en la repetición de las elecciones y la continuación del descenso en las elecciones vascas y gallegas.
Es evidente que la rapidez de esta paradójica subida y bajada tiene varios motivos especialmente la pérdida de la ilusión de parte de sus votantes, y esto se debe esencialmente a los errores que en su práctica de la política institucional han cometido. Asimismo los «egos» y las actuaciones de «cara a la galería» han prevalecido sobre una actuación serena y políticamente profunda.
Su carencia de preparación, de bagaje para la vida política institucional, su prepotencia y desprecio respecto a todos los que han hecho política anteriormente, su frágil relación con movimientos sociales arraigados en la sociedad, como el movimiento sindical, los ha conducido a finalizar en una cierta decadencia en su influencia política.
No haber hecho una apuesta seria por el principal objetivo político confesado, cambiar el gobierno del PP, ha comportado, junto con los errores de otros, especialmente del PSOE, a derrochar la oportunidad del cambio político. Otros aspectos como son las luchas internas en Podemos, los conflictos «En Marea», la dependencia de las confluencias respeto el aparato central de Podemos también han ayudado. Son elementos que han llevado a desmitificar la nueva política y especialmente su idílica imagen inicial.
Los errores de carencia de capacidad para la política institucional de Podemos se suman a su carencia de claridad en cuanto a sus prioridades y por lo tanto a sus propuestas prioritarias. La imagen que ha quedado como más relevante es su voluntad de superar al PSOE a cualquier precio, obviando lo que era fundamental, la prioridad de echar el PP.
Su objetivo de representar los intereses de la gente ha quedado subordinado al de las ambiciones de su núcleo dirigente de dirigir la alternativa que ha llevado incluso a hacer fracasar el propio objetivo de conseguir la alternativa a la derecha. El actual momento crítico del PSOE puede crear una nueva falsa ilusión en la izquierda alternativa, la idea de que está cerca la posibilidad de superar a esta izquierda socio-liberal en crisis. Pero esto no los convierte en alternativa a la derecha.
De la crisis del PSOE sale especialmente debilitada el conjunto de la izquierda. La hegemonía en la alternativa la dan las ideas y una práctica política de cambio al servicio de la clase trabajadora y las capas populares.
Porque desgraciadamente sin unidad de las fuerzas de progreso no será posible desalojar a una derecha que ha incrementado su hegemonía ante la crisis del centro-izquierda y la carencia de planteamientos político rigurosos, fruto del «amateurismo» en la política institucional de la nueva izquierda alternativa. Esta debe corregir de forma urgente determinantes defectos que se han manifestado, como egolatrías, sectarismos y comportamientos poco aglutinadores y prepotentes, y carencia de profundizaciones y viabilidad en sus propuestas políticas.