Que no cunda el pánico, el crecimiento de EEUU es sólido
Pese a que el PIB estadounidense registró en el primer trimestre una tasa trimestral anualizada del -2,9% frente al -1,0% provisional, y en términos interanuales registrara un incremento del 1,5% frente al 2,0% provisional y al 2,6% más del cuarto trimestre, los analistas de referencia no parecen alarmados. Consideran que, en el segundo trimestre, la tasa de crecimiento del PIB rondará el 3,5%. Remontará así el bache de los primeros tres meses provocado por el mal tiempo y por el consumo sanitario, como consecuencia de la entrada en vigor de la reforma sanitaria de Obama. Dicha revisión rebajó en 1,2 puntos porcentuales la última estimación del PIB.
Pese a que el incumplimiento de las previsiones ha determinado revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento económico del conjunto del año –que ha pasado de tasas próximas al 3% a comienzos de año al rango de 2%-2,5% en la actualidad– los analistas más reputados mantienen que la recuperación económica es sólida. Así lo indica tanto la mejora de los indicadores del segundo trimestre como las evolución de las perspectivas para 2015, que no se han visto perjudicadas por lo que se considera un “accidente” del primer trimestre.
En conjunto, la recuperación económica estadounidense continúa a buen ritmo, con una tasas de crecimiento que, en el futuro inmediato, permiten que el nivel del PIB retorne a la tendencia prevista, ya que se está cerrando el output gap negativo.
Aunque los primeros tres meses del año han sido atípicos, hay dudas sobre qué ritmo de crecimiento puede ser sostenible: a corto plazo, por la posible subida de inventarios del trimestre actual y la desaceleración de las economías emergentes; a medio plazo por la subida en el ahorro deseado por las familias y por el ciclo de inversión en equipo más suave de lo que cabría esperar dados los beneficios empresariales en los últimos años.
De cara a la política monetaria, la tendencia apunta a un cierto cambio en el apoyo que se da al crecimiento económico, en la medida en que justifica la continuación del tapering. Sin embargo, la fragilidad que mostró la economía ante el shock meteorológico del primer trimestre apoya que no haya cambios a la vista en los tipos de interés. Dicho elemento, además, ha dado más verosimilitud a la teoría de que el tipo de interés neutral haya caído en EEUU, debido a efectos duraderos de la crisis económica —aumento del ahorro precaución— y la reducción del crecimiento potencial de la economía por efectos demográficos.