S&P marca diferencias en la banca española
El cambio de metodología efectuado por la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) empieza a tener consecuencias en tanto en cuanto va a suponer una subida neta de los ratings de crédito corporativo.
Repartida por regiones y sectores, afectará a 4.000 emisores cuyos ratings serán revaluados y a los que asignará un identificador que se mantendrá en vigor hasta la conclusión de la revisión según los nuevos criterios.
Aunque los analistas están convencidos que el mercado dará la bienvenida al hecho de que S&P crea que en estos momentos alrededor del 5% de sus ratings globales cambiarán, las primeras sorpresas ya se han producido en España en donde la agencia pone en revisión positiva el rating del Santander al tiempo que confirma, sin realizar cambios, el de BBVA (BBB-).
Entre entidades comparables, el Santander es de los pocos bancos con observancia positiva del rating. La decisión de S&P podría estar relacionada con la definición de los activos diferidos (DTAs), que permitiría a la entidad de Botín cumplir con la exigencia de que ratio de capital de Basilea III estará en todo momento por encima del 9% hasta su introducción definitiva en 2019.
Entre las entidades a las que S&P mantiene su tendencia estable o negativa se encuentran, además, Royal Bank of Scotland, UniCredit, Barclays, Credit Suisse Group, CaixaBank, Lloyds o Société Générale.
Mientras tanto y sin que tenga nada que ver con el cambio metodológico, la agencia de rating ha mantenido las calificaciones de la deuda externa española a largo y corto plazo (BBB- a largo y A3 a corto), pero ha revisado al alza la perspectiva económica del país, que pasa de negativa a estable.
S&P se sumaba a Fitch en un momento en que los mercados habían empezado a poner en duda el sostenimiento del tímido proceso de crecimiento que se está experimentado en España.
La agencia de rating anticipa ahora un crecimiento medio de España del 0,6% entre 2013 y 2016, frente al 0,3% esperado previamente, con crecimiento del 0,8% en 2014 y del 1,2% en 2015. Además señala un superávit por cuenta corriente del 1,4% en 2013 y del 3% entre 2015 y 2016 (desde casi el -10% en 2008) y un déficit del 6,5% en 2013 y del 5,8% en 2014.