Santander-Banesto: La fusión de los dos bancos más rentables de sus categorías
Esta semana el consejo del Banco Santander aprobará formalmente la oferta sobre Banesto y se comunicará al mercado el proyecto de fusión de las dos entidades. Con frecuencia, se interpreta que la entidad absorbida ha fracasado y que se rinde. Este vendría a ser el caso del Urquijo, Herrero, Atlántico o Guipuzcoano con el Sabadell o el más reciente del Pastor con el Popular, pero nada tiene que ver en el de Banesto con Santander.
Primero, porque Banesto es una filial participada al 90% por la entidad cántabra, y segundo, porque Banesto ha sido una entidad rentable en sí misma, la más rentable de las entidades financieras de tamaño medio, las que siguen a los dos macrobancos: Santander y BBVA.
Los datos son tozudos. Desde que en noviembre de 2002 Banco Santander colocara una participación de alrededor del 11% de Banesto en Bolsa, los accionistas de este banco han percibido 3,54 euros en dividendos por acción, lo que significa una rentabilidad del 47%, o una media anual del 4,7%. Banco Popular y Sabadell, los otros dos medianos, han entregado a sus accionistas un rendimiento en forma de dividendo del 17% y el 36%, respectivamente, según datos de un informe elaborado por Merrill Lynch.
Banesto pasó a formar parte del grupo Santander a mediados de 1994. Durante los primeros años, el equipo de Alfredo Sáenz hizo una gestión centrada en el saneamiento y reconstrucción interna de un banco que había quedado casi herido de muerte con la efervescente gestión de Mario Conde.
El relanzamiento comercial de Banesto comenzó en los últimos años de Sáenz en Banesto y especialmente en la etapa de Ana Patricia Botín en la presidencia de la entidad, a la que llegó en febrero de 2002, cuando Sáenz fue nombrado consejero delegado del Banco Santander, y que dejó en noviembre de 2010.
Durante todos estos años Banesto ha seguido una dirección clara: costes planos, crecimiento de cuota de mercado y entrega de una buena rentabilidad para el accionista. Algo así, como el lema que Luis Valls aplicaba al Banco Popular de los años 80 y primera mitad de los 90.
Con esa dirección tomada, Banesto seguía a su ritmo de filial del Santander, mientras veía como los bancos que le rodeaban en el ranking bancario no paraban de moverse. El Popular absorbió primero a sus filiales (Andalucía, Castilla, Galicia, Vasconia y el Crédito Balear) y más tarde al Pastor. Estas operaciones tienen una parte de defensivas, puesto que el Popular lleva tiempo huyendo del Sabadell y viceversa.
El banco catalán, había comprado en los 90 el Banco Herrero a La Caixa y años después se convirtió en el gran consolidador de la banca mediana al comprar el Atlántico, el Urquijo, el Guipuzcoano y, en el último año, la Caja del Mediterráneo y la red catalano-aragonea de BMN, que viene a ser como comprar la antigua Caixa del Penedes.
Todas estas compras han llevado a las entidades citadas a continuas ampliaciones de capital, que serían bien venidas si añaden valor para el accionista. A cierre de 2012, Banesto tenía 687 millones de acciones, las mismas que a comienzos de la crisis. Sin embargo, Popular ha pasado en cinco años de 1.215 millones de acciones a 8.408 millones, y el Sabadell de 1.224 a 2.959 millones de títulos.
Según el informe citado de Merrill Lynch, pese al crecimiento de balance y capital mencionados, Banesto ha sido la entidad mediana que mejor ha preservado el NAV (valor neto de los activos) durante la crisis. Así, en 2007 el NAV por acción de Banesto era de 6,90 euros y a septiembre de 2012, de 6,93. En cambio, las continúas ampliaciones de capital de Popular y Sabadell han provocado que su NAV disminuya, lo que implica destrucción de valor.
El NAV del Popular ha caído un 84% durante los cinco años de crisis, de 5,16 euros la acción a 0,85 euros. En el caso del Sabadell la caída es del 61%, de 3,65 a 1,41, según Merrill Lynch. Durante los años de la crisis, y pese a no aumentar capital, Banesto fue capaz de generar orgánicamente capital, preservando beneficios, hasta pasar de un core capital del 6,55% en 2007 al 10,06% en septiembre del año pasado.
Si miramos los datos de gestión, nos encontramos con que Banesto tenía una tasa de morosidad del 5,04% a cierre de septiembre, que es casi la mitad de la media del sector y está lejos del 7,81% del Popular y del 8,46% del Sabadell.
Esto se debe en gran medida a su menor exposición al sector inmobiliario, que representa el 13,6% de su actividad crediticia, frente a una media del 18,5% en el conjunto del sector. Este porcentaje se va por encima del 30% en el Popular y el Sabadell, según el informe antes mencionado, tras incluir el Pastor y la CAM, respectivamente. Además, durante la crisis Banesto ha reducido en un 60% los préstamos al sector promotor.
Otro dato relevante de la calidad de la gestión lo encontramos en la evolución de los ingresos con respecto al conjunto de la cartera de préstamos. Así, Banesto ha sido capaz de mejorar estos ingresos en tres puntos básicos durante la crisis, mientras que el Popular los veía caer en 84 y el Sabadell en 63 puntos básicos. Si lo medimos sobre activos totales los resultados son muy parecidos, según pone de manifiesto Merrill Lynch.
La eficiencia es otra ratio especialmente relevante y el mencionado informe señala que a cierre de junio del año pasado Banesto tenía un ratio del 47,4%, frente a un 52,2% del Popular o un 62,7% del Sabadell. Sin embargo, estos datos no contrastan con los que facilitan las propias entidades. Calculado con los datos publicados por las entidades a cierre de septiembre, el Popular puede presumir de seguir teniendo el mejor índice de eficiencia, con una ratio del 43,8%, muy cerca del 46,1% de Banesto y lejos del 50,4% del Sabadell.
En definitiva, todos estos datos ponen de manifiesto que la gestión de Banesto ha sido buena si la comparamos con sus pares, que es con quien corresponde hacerlo. Otra cuestión es que la situación de España es la que es y que el sector financiero esté absolutamente sobredimensionado.
Hasta el momento, se han asignado los emparejamientos dentro del sector, pero falta mucho por hacer, sobre todo cerrar sucursales y, aunque resulte especialmente doloroso, reducir las plantillas de una manera drástica. La ventaja en operaciones de integración como las de Pastor en el Popular o Banesto en Santander es que esa merma de empleos no se va a hacer con medidas tan duras como va a pasar en Bankia, Novagalicia Banco o Catalunya Banc, por mencionar sólo a las nacionalizadas.
Post-it
VALOR ACTIVO NETO.- Habitualmente es representado por el acrónimo inglés NAV (NET ASSET VALUE). Dentro de las
sociedades de inversión es el que recibe el resultado de dividir en una cierta fecha el valor de los activos totales, menos los pasivos totales, si los hubiera, el número de acciones en esa misma fecha. El valor de activos netos, es el valor de mercado antes de comisiones de una acción de la sociedad de inversión. Equivale al valor contable por acción de la sociedad de inversión.
Carlos Díaz Güell es editor de ‘Tendencias del Dinero’, publicación ‘on line’ económico-financiera de circulación restringida