Sareb deja entrever qué ‘servicers’ gestionarán sus 50.000 millones de activos

La carrera por participar en la gestión de los 50.000 millones de euros en inmuebles que tiene en balance la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), ha dado comienzo.

En pocas ocasiones se ha dado una actividad tan febril entre las sociedades que optan a quedarse con el pastel, como el que se percibe entre la decena de los conocidos servicers que han presentado a la Sareb su disposición y capacidades para quedarse con la gestión de un paquete de los activos que salen a concurso. (ver Tendencias del dinero número 261 y 262).

Todos se consideran con méritos más que suficientes para superar con nota las duras condiciones impuestas por la Sareb y de ello da fe la prensa económica de estos días que, como si de un campeonato deportivo se tratara, anuncian cual de los servicers que se presentan están mejor posicionados en la línea de salida.

Sin embargo, todo parece indicar que la Sareb ha decidido tomarse su tiempo y ser ella la que marque el paso. Y, cuando el sector esperaba que la sociedad acelerara el proceso de criba de aspirantes a la gestión de sus carteras de activos financieros e inmobiliarios mediante la definición de una lista corta a la que pedir propuestas vinculantes y tomar una decisión al final del verano, el denominado banco malo ha sorprendido a los servicers –que se presentaban al concurso de gestión de sus activos– al decidir no eliminar a ninguno de ellos tras un primer análisis de las ofertas presentadas. Estaba previsto elaborar una lista corta con finalistas, pero no ha sido así, y todos siguen en carrera.

No hay hoja de ruta ni proceso previo que sirva como referencia y todo apunta a que Sareb quiere la máxima competencia entre los servicers, tanto en precio como en el modelo de gestión y por ello ha preferido excitar la competencia entre los aspirantes. Para el observador, el proceso adquiere tintes fascinantes y todo parece indicar que Sareb no quiere simples proveedores de servicios, sino socios de largo recorrido en donde encontrar auténtica ayuda para liquidar, en las mejores condiciones posibles, los activos recibidos de la reestructuración bancaria.

Para ello, ha concentrado en cuatro las diez carteras de activos a subasta, para las que ha solicitado ofertas vinculantes para el 28 de julio. La primera cartera agrupa los créditos promotor de Bankia y los activos de Banco de Valencia; la segunda, los activos de CatalunyaCaixa, BMN y Caja 3; la tercera los de Novagalicia y Liberbank y la cuarta incluye los inmuebles de Bankia y los activos de banco Gallego y Ceiss.

La primera de ellas supone el 41,2% del total de concurso; la segunda el 28,8% y las dos restantes, el 15% cada una. Y todo apunta a que Sareb quiere dos gestores grandes y dos de menor tamaño y todo ello bajo la atenta mirada de las entidades financieras que han traspasado sus activos al banco malo. En estas condiciones, la oferta de servicios globales y una gestión independiente, van a ser elementos esenciales en la selección de los ganadores en este concurso y la independencia de gestión se va a dilucidar en clave tecnológica.

En Sareb, cada cartera bajo gestión procede de una entidad bancaria que la opera ahora según sus modelos informáticos particulares. Sin embargo, todo indica que Sareb no quiere migrar las carteras de los actuales sistemas de información, por lo que necesita un gestor con una plataforma tecnológica independiente y adaptable a cualquier entorno de gestión. Sólo quiere migrar datos, no plataformas informáticas.

Los analistas consideran que la sociedad de gestión tiene cierto temor por el impacto que pueda haber en la operativa de gestión por el posible parón en la actividad, al tener que adaptarse a un nuevo sistema informático y quiere asegurarse la máxima fluidez de información y de manejo de datos en la gestión de los activos, rehuyendo de la hipótesis de quedar cautiva de modelos tecnológicos que sólo sirven para gestionar activos muy concretos en entornos informáticos muy determinados.

Por todo ello, los movimientos de Sareb apuntan, no solo a excitar la competencia entre servicers, sino que están estimulando la autoexclusión de éstos en el concurso. Al agrupar las diez carteras en solo cuatro, la lógica indica que habrá servicers que no estarán interesados en participar por la naturaleza de los activos que se agrupan en esas carteras. No expulsan a nadie, pero incitan a que te vayas o a asociarse con otros para acceder a alguna de las cuatro carteras finales.

Las quinielas sobre quiénes se quedaran con la tarta de la Sareb se han convertido en el juego de moda en el sector inmobiliario de medio mundo y las apuestas son una constante en el sector de los servicers. Los analistas ponen de relieve que el diseño de los cuatro grandes paquetes elaborado por Sareb, cuya gestión se subastará en la puja final, permite adivinar quiénes son los jugadores mejor posicionados.

Sobre esa base interpretativa, el mejor posicionado para la primera cartera sería Servihabitat, ya que su plataforma tecnológica, junto con la de Aktua, es de las pocas verdaderamente independiente de su banco de origen. Las demás, están todavía en fase cautiva. Es, según argumentan quienes conocen el proceso, una cuestión de gran importancia para Sareb, sobre todo en la gestión de carteras de crédito, que se rigen por modelos distintos de las carteras inmobiliarias. Aquí, Sareb necesita modelos de gestión estables.

La segunda y la tercera cartera se caracterizan por la regionalización de sus activos, procedentes de cajas de ahorros con fuerte implantación en sus territorios. Altamira y los servicers de Blackstone y Centerbridge,  son los aspirantes mejor posicionados por su propia cercanía y conocimiento de los activos que las integran.

Para la cuarta cartera, formada básicamente con los activos inmobiliarios de Bankia, todos los analistas coinciden en las opciones de Haya Real Estate. Ya maneja esos activos, aunque sin olvidar a Solvia, la inmobiliaria del Sabadell, superespecialista en gestión de inmuebles y que pretende sobrevivir en el mundo de los servicers cultivando sólo esta parcela.