Tres partidos a por un mismo votante

Las encuestas aseguran que de estas tres formaciones solo quedará una: el Partido Popular.

El centroderecha y la derecha en Barcelona se debaten entre demasiadas opciones parecidas que representan a un electorado muy similar pero dividido. Estos parecidos son muy evidentes entre el Partido Popular de Dani Sirera y el Valens de Eva Parera. Los dos muestran sus opciones liberales bien construidas en sus programas electorales, con algunos errores a la hora de ensanchar el perfil de sus votantes.

Las dos formaciones están haciendo buenas campañas, con criterio y sentido en los objetivos que persiguen, sobre todo aquellos que defienden y valoran la propiedad privada. Ciutadans, una formación que repetidamente se la presenta como solo de derechas, aunque un análisis sobre las propuestas que respaldan tanto en el Congreso como en el Parlament de Catalunya lo pondría en duda, no acaba de crear, a través de Anna Grau, una sintonía coincidente con sus propuestas. El motivo está más ligado a su candidata que a sus propuestas, que siempre son presentadas con un exceso de sentido del humor y exageración.

PP, Valents y Ciutadans

Las tres formaciones, que suman un número de papeletas muy importante, pueden correr el peligro de quedarse sin los regidores que sus votos les puede ofrecer. Aunque una posibilidad de coalición jamás estuvo sobre la mesa ni sobre ningunas de las cabezas pensantes de esos partidos, la evidente división se formalizará tras el día de las elecciones, en una más que posible desaparición de al menos una de esas candidaturas. O dos, si la participación es alta.

Daniel Sirera, Anna Grau y Eva Parera explican lo mismo con música y partituras diferentes, buscando votos en el otro. Los tres juntos alcanzarían un espacio que iría desde algunas posiciones cercanas a Vox y propuesta que aceptaría el PSC.

El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera. EFE/Toni Albir

Pero ha ocurrido todo lo contrario. El PP intenta seducir al voto de Ciutadans, aunque en el caso de Cataluña, como hemos dicho, es algo más difícil. No está clara, en estos momentos, cuál es la tipología exacta de ese voto, pero en todo caso no quieren saber nada que pueda sonar a independentista. En todo caso, la estrategia de fichar a la línea más de derechas de Ciutadans en las filas de su partido demuestra que haberlos los hay.

La posibilidad de que Jaume Collboni pueda llegar a ser alcalde gracias a la colaboración de Xavier Trias, horroriza a ese votante, que ya sufrió durante más de 10 años el ‘procés’. De ver que la vía de su partido no es útil, puede acabar en manos de la candidatura de Daniel Sirera, más que de Valens, que para los de C’s no deja de ser una lista tránsfuga.

Los dirigentes de Valents miran hacia el PP y a Vox. Saben que existe en Barcelona un votante que no acaba de confiar en los populares, pero tampoco está de acuerdo con la agresividad y exageración del mensaje de Vox. Por ello, Eva Parera ha puesto el foco en los temas de ‘okupación’ y ha protagonizado algunas acciones en relación con los edificios de la Bonanova conocidos como La Ruïna y el Kubo y que ha ocupado titulares durante toda la precampaña electoral.

Partido Popular

Las encuestas aseguran que de estas tres formaciones solo quedará una: el Partido Popular. Lo cierto es que Daniel Sirera ha crecido como político y candidato. Su imagen es de hombre tranquilo, pero que no por eso deja de decir las cosas claras. Así se ha mostrado en los diferentes debates que ya se han hecho. Conciso, sereno, pero demoledor. Sobre todo, con Ada Colau y Xavier Trias.

Como ya hemos relatado en más de una ocasión en este espacio, habrá sorpresas con los pactos posteriores que sólo demuestran que Cataluña está en una nueva fase de superación de los movidos años del ‘procés’. El independentismo siempre está dispuesto a volverla a organizar. No hay que creérselo demasiado. Pero que la fase es otra, no hay duda.

Y si cambia el independentismo, también necesita cambiar el constitucionalismo. Algunos mensajes en este momento no tienen sentido. Y eso es lo que se dirime esta campaña en Barcelona. Saber hasta dónde ha cambiado la sociedad.