Uno, que son tres

 

Uno de los principales problemas que ha de afrontar el nuevo Gobierno de Catalunya es la optimización, reestructuración y adecuación de las estructuras de la empresa a los tiempos que corren. La empresa, a pesar de que pública, es TV3, una de las más grandes e importantes de nuestro país.

El monstruo creado hace 25 años, para no ser nunca un monumento a la ineficiencia, en palabras de sus creadores, se ha convertido un verdadero pozo sin fondo, que en épocas de bonanza nunca llamó excesivamente l’atención y que ahora, cuando llevamos unos cuántos años de penurias, los más de 300 millones de pérdidas hacen bastante daño. Daño a los ojos y a las finanzas del Gobierno.

Como mínimo hay quién calcula que se tendrían que echar unas 1500 personas. Otros, con datos más realistas y más conocedores de la realidad de TV3 y de las otras empresas de la Corporación, cifran el excedente en unas 2500.

La realidad pero es terca, y cualquier medida que afecte a 1500 o a 2500 personas, topa con tres trabas importantes:

-TV3, como Catalunya Ràdio, es una empresa pública

– Quién puede pagar indemnizaciones de este volumen

– Quién hará el trabajo sucio de despedir, reestructurar y optimizar la plantilla

En la primera traba: no se puede hacer un ERO en una empresa pública. Podría hacerse si los Ayuntamientos, con graves dificultades para pagar nóminas, dieran el primer paso… Hasta que no llegue este momento, que llegará, no se puede pensar en un ERO y pagar 22 días por año trabajado con el argumento de que es una empresa con pérdidas.

Segunda traba: Si pensamos en una indemnización tipo de 100.000 euros por persona (cantidad muy baja para los sueldos y antigüedades que hay) y lo dejáramos en 1500 despedidos, la cantidad no baja de los 150 millones de euros.¿Tenemos este dinero ?

Y tercera y última: Hay en Convergència, o en Unió, alguien con el perfil para hacer este trabajo?. Alguien que aguante lo que tendrá que aguantar y una vez hecho el ”trabajo», quemado, desacreditado y vilipendiado, ¿donde podría ir?. Hay alguien, con este perfil?.

El otro problema es que la fiesta la acabarían pagando quienes no tienen la totalidad de la culpa. Los profesionales que han ido entrando en la empresa para suplir deficiencias y carencias creadas por los propios gestores. Y estos, los “gestores”, ya no están en la “Casa”. Todos ellos ya están amortizados u ocupan otros lugares en l’administración.

Y sea de quién sea la culpa, la reorganización de TV3 no es aplazable. Y no es una medida  política, como muchos quieren hacer creer; es una limpieza  empresarial. Y seguramente la tendrían que hacer los mismos que hace 25 años anunciaron la creación de la Televisión Nacional de Catalunya con un modelo radicalmente opuesto al de TVE, para no caer en sus mismos defectos. Veinticinco años después, TVE ya ha hecho parte de los deberes e incluso ha dejado de emitir publicidad al considerar que una televisión pública no puede hacer la competencia a las privadas.

Aquí, los poderes fácticos sí que han intentado que TV3 siga el modelo publicitario de TVE, para favorecer sus intereses, pero no los de los presupuestos de la Generalitat. Lo  más urgente para TV3 es no caer en una purga política; se tiene que poner el foco en la reorganización y la viabilidad de l’empresa.

¿Y DEL PALAU, QUÉ?
: pues que después de la salida del director general, Joan Llinares, sin haber explicado ni aclarado nada durante los 15 meses que ha estado ejerciendo, un nuevo problema los viene encima. Y esta vez también en la figura de la presidencia. ¿Ven como era más lógico cerrar toda l’etapa Millet y dejar el paso a gente nueva y sin vínculos con el pasado? La realidad se terca.